El ex número uno del mundo se confiesa durante un extenso diálogo en Ginebra; admite estar cerca del final de su carrera y elogia a Del Potro.

Hace tiempo que no se sabe nada de Roger Federer en las canchas, pero eso no significa que su historia, una de las más grandes que el tenis conoció, haya agotado el último capítulo. No, superados sus problemas en la espalda y la rodilla, el ex número uno del mundo se está preparando a conciencia, porque quiere mostrar su mejor nivel en 2017. ¿Y después?

«El tenis va a sobrevivir lo más bien sin mí», dijo sonriente el suizo de 35 años durante una entrevista con la nacion en Ginebra en la que de todos modos admitió que «va a ser raro» el día en que ni él ni Rafael Nadal estén en el circuito. Federer dejó también su pronóstico sobre la final de la Copa Davis, al tiempo que analizó el año de Juan Martín Del Potro: «Muy impresionante». Tan convencido está el siete veces campeón de Wimbledon de que aún hay mucho tenis en su raqueta, que deja una frase provocadora: «Voy a volver mucho más fuerte de lo que la gente cree»

-¿Cómo están su espalda y su rodilla?

-Siempre hay altibajos, pero no es preocupante. Fue por mi rodilla que tuve que parar, pero la verdad que durante las últimas cinco semanas siento una notable mejoría. Todavía me quedan 70 días para estar listo. Es un montón de tiempo. Por lo general, los tenistas no tenemos más de 30 días para recuperarnos. Las próximas semanas serán cruciales, porque se supone que en poco tiempo debería estar cien por ciento recuperado. Realmente estoy muy tranquilo.

-¿Ya volvió a su nivel normal de entrenamiento?

Casi. Pasé de la fase de rehabilitación a algunos ejercicios más específicos con Pierre Paganini, mi preparador físico, y tratamos de combinar eso con el tenis. Es una fase muy interesante. Se parece a lo que suelo sentir cuando empiezo a entrenar después de un periodo de vacaciones, antes del arranque de la temporada. Antes de empezar a pelotear, uno prepara el cuerpo. Pero a lo largo de las próximas cuatro semanas el tenis irá reemplazando al entrenamiento físico.

-Durante este largo periodo fuera del circuito, y por primera vez en más de una década, se lo vio llevando una especie de vida normal. ¿Le gustó la vida fuera del circuito?

(Se ríe) La gente me veía vestido de granjero, visitando lugares, haciendo trekking. Como no me dejaban entrenar más de una hora al día, salía mucho a pasear con mi familia. Y además tenía jornadas libres, algo a lo que no estoy para nada acostumbrado. Así que disfrutaba recorriendo Suiza. Y como no soy de publicar demasiadas fotos ni videos de mis sesiones de práctica, la gente pensó que no hacía más que descansar, cuando en realidad estaba trabajando mucho para rehabilitarme. No sé por qué no publico más fotos entrenando, pero no me gusta fanfarronear para que la gente piense que soy una especie de guerrero que se desloma entrenando. Repartí mis semanas entre el trabajo, la familia y la vida social, algo que no podía hacer desde hace como 10 o 15 años.-La gente estaba preocupada? Esa vida podría gustarle tanto que no volviera a jugar?

-Entiendo que la que gente pueda pensar eso, pero nunca jamás pensé en eso, ni por un instante. Simplemente traté de sacar lo positivo de una situación que yo no elegí. Me encanta hacer otras cosas, pero lo cierto es que no veo la hora de volver al circuito.-Tal vez sentirse fresco y renovado física y mentalmente lo esté ayudando?

-Yo creo que sí. Además, esa era la idea: que más allá del trabajo físico y tenístico, pudiera calmarme y relajarme mentalmente. Por eso en el tenis el aspecto mental es esencial. Si Stan Wawrinka pudo ganar tres Grand Slams es por su confianza en sí mismo. Se ha transformado mentalmente en un jugador diferente. Yo quiero volver y sentirme fresco de mente. Y ya siento que va a ser así.

-Los recientes comentarios de Novak Djokovic demuestran que después de un tiempo puede ser agotador liderar el mundo del tenis y tener que lidiar con eso. ¿Alguna vez sintió ese cansancio de ser el número uno y ganar todo?

Todos somos personas diferentes. Hay muchos que hablan de una gran crisis, pero Djokovic ganó en Toronto, llegó a la final del Abierto de Estados Unidos y a las semifinales de Shanghai. Lo que sí me sorprende es que no haya ganado nada desde Roland Garros. Pero por otra parte el torneo que él realmente quería ganar era ese: Roland Garros, su gran y último objetivo. Así que supongo que veremos a un Djokovic distinto en las canchas. Es algo que se da naturalmente: después de ganar todo lo que se puede ganar, es lógico pasar por una etapa en la que te preguntás qué sigue. Djokovic encontrará las respuestas. Es sólo una etapa. Tiene que sentarse a pensar y definir cómo quiere seguir. Yo pasé por un momento parecido. Creo que todos los tenistas que ganaron los cuatro torneos del Grand Slam en algún momento sienten lo mismo. Porque uno empieza a cuestionarse su motivación y sus ganas de ganar cada partido, o de viajar por todo el mundo con o sin tu familia. Y entonces uno se ve obligado a preguntarse si vale la pena. Es interesante lo que le está pasando a Novak en este momento, o a Murray, que tiene la oportunidad de alcanzar el primer puesto del ranking mundial.

-¿Qué va a pasar con usted en 2017?

Los próximos seis meses van a ser muy interesantes. Espero que Rafa Nadal y yo volvamos más fuertes que nunca. No sé en qué puesto del ranking arrancaremos, así que va a ser divertido ver el resultado de los sorteos. Más allá de eso, a Novak no le pasa nada. Es demasiado buen tenista. Nunca va a dejar de ganar grandes torneos.

-Hablando del ranking, ¿tiene algún resquemor frente a la perspectiva del regreso?

Al contrario, no veo la hora. Porque si estoy al cien por ciento, en mi mejor forma, el problema lo van a tener los otros tenistas. Alguno de los que esté muy arriba puede tener la mala suerte de que le toque jugar conmigo en cuartos, e incluso en octavos de final. ¡Mala pata! Normalmente ese jugador recién se enfrentaría conmigo mucho más adelante en el torneo. Así que el panorama cambia para todos. Lo mismo pasó con el regreso de Rafa: todos rogábamos que no nos tocara con él en el sorteo. Así que supongo que nadie va a querer que le toque conmigo en cuartos o en octavos. Porque es probable que yo quede en el puesto 15 o 16 de la ATP, lugares que no ocupo desde 2002. Estoy ansioso por ver lo que pasa. Tal vez pierda en las primeras vueltas, pero si llego al cien por ciento, sé que puedo enfrentarme a los mejores y volver a ganar torneos. Puede ser que me lleve un tiempo, pero son más las ganas que los resquemores.

-Usted ha dicho que Nadal tiene más y mejor experiencia que usted en cuanto a regresos después de lesiones. Y usted comparte agente con Del Potro, que también tiene experiencia en ese campo. ¿Les ha pedido consejo o sugerencias al respecto o le alcanza con su propia experiencia previa?

-Lo de Delpo es muy impresionante. Mi primera experiencia de regreso fue en Mónaco, después de una operación. No fue muy difícil. En el pasado también tuve lesiones que me obligaron a jugar con dolor. Así que conozco el tema, pero al mismo tiempo, esta vez es diferente. Mientras no me duela, va a estar todo bien. Pero si el dolor vuelve, son malas noticias. Y entonces uno entra en un ciclo de negatividad. Pero estoy haciendo todo lo que tengo que hacer para evitarlo. Y por eso me estoy tomando mi tiempo.

-Quisiera profundizar en el tema: ¿qué le pareció el regreso de Del Potro este año?

-Insisto, muy impresionante. Y le fue muy bien. Cuando jugué contra él a principios de este año noté que algo había cambiado en su juego, que había cambiado su revés, que le pegaba con efecto slice, cortando más la pelota. Es interesante ver cómo adaptó su juego después de la cirugía. Es el típico jugador que vale mucho más que su puesto en el ranking.

-Del Potro está motivado, ni hablar de usted. ¿De dónde viene esa motivación sin límite? ¿Es pura pasión por el tenis?

Sí, amo este deporte. De lo contrario no andaría dando vueltas por el mundo con mi familia. Yo logré mucho, pero siente que todavía me quedan cosas que alcanzar. A mí nunca me falta motivación para entrenar. Lo que duele es no poder estar en los Juegos Olímpicos, en el Abierto de Estados Unidos, en Basilea o en el Masters. Eso es lo difícil. Me lo perdí, pero no me puse triste ni me sentí frustrado. Tenía que tomar esa decisión de parar por unos meses. Cuando supe eso, di vuelta la página y me concentré en mi rehabilitación y en mi práctica. Mi vida tenística y mi vida personal siempre estuvieron bastante equilibradas, y eso es fundamental para enfrentar este desafío y tomar las decisiones correctas.

-¿Cuáles son sus expectativas y objetivos para la próxima temporada?

-Mi sueño es seguir ganando torneos del Grand Slam y volver a la cima del ranking, pero cuando la gente me pregunta si voy a seguir jugando en el 2018, yo les digo que espero que sí, pero que primero tengo que jugar cinco torneos seguidos y sin problemas físicos. Veremos en qué estado está mi cuerpo, cómo responde. Porque lo importante es estar en buena forma para más de un torneo. Si después de tres partidos no das más, entonces hay que empezar a hacerse preguntas. Recién en abril voy a poder decir si estoy bien a futuro. La idea es que para diciembre ya esté más fuerte que nunca, cuando termine la fase de preparación. La verdad que tuve tanto tiempo para prepararme para la temporada, que creo que voy a volver mucho más fuerte de lo que la gente piensa.

-Para la gente es inimaginable el tenis sin usted. ¿Se le cruza cada tanto la idea de retirarse?

-En estas últimas semanas me hice una idea de cómo es el circuito sin mí. Es lindo que los fans digan que se me extraña y que el tenis no es lo mismo sin mí, pero lo cierto es que el tenis va a sobrevivir sin mí y que genera nuevas estrellas todo el tiempo. Estoy pendiente todo el tiempo de los resultados de los partidos. Amo ese deporte, necesito seguirlo, estar al tanto. Pero llegará el tiempo en que no estén Nadal, ni Federer. Claro que va a ser raro, porque hace 20 años que la gente me ve parado en la cancha. Pero el tenis va a sobrevivir lo más bien sin mí.

-¿Y cómo se va a sentir?

-El día que pare haré alguna que otra exhibición, pero ya no será lo mismo. Porque uno necesita la emoción de competir, de jugar por los puntos. Así que cuando pare va a ser difícil, porque voy a saber que es para siempre. ¿Cómo me voy a sentir? Es una pregunta que podré contestar en un par de años.

-En un par de semanas la Argentina de Del Potro juega la final de la Copa Davis en Croacia. ¿Cómo ve esa final? ¿Tiene una posibilidad la Argentina?

-Creo que hay 50 y 50. Por como está jugando Del Potro, Argentina tiene una chance. Pero no hay que subestimar a Croacia. Cilic también ha demostrado grandes cosas últimamente. Es una amenaza. Realmente creo que las chances están 50 a 50.

(Traducción de Jaime Arrambide)