Atlético Rafaela venció con autoridad a San Martín, en San Juan, por un contundente 3 a 0, en el partido que cerró la undécima fecha del campeonato de primera división, dejando en la cuerda floja al técnico del conjunto cuyano, Pablo Lavallén.
Los dirigidos por Juan Manuel Llop mostraron el habitual despliegue y buen juego que le insufló el entrenador oriundo de la cantera de Newell’s Old Boys, que hizo debutar al arquero Ramiro Macagno y el lateral izquierdo Gianfranco Ferrero para que ambos cumplieran con las expectativas y refirieran en el juego el mismo nivel que sus compañeros.
Los visitantes se pusieron en ventaja antes del cuarto de hora por intermedio de Gabriel Gudiño aprovechando un contraataque con suma efectividad, un sistema que ofrece variantes en el equipo de la ‘Crema’, ya que lo alterna con posesión de pelota pero también con juego vertical.
Los sanjuaninos mostraban en esa instancia todo lo contrario a los santafesinos, sobre todo en un ítem que se volvía demasiado evidente conforme transcurrían los minutos: la falta de confianza.
Por eso no pudo generar mayores chances como para igualar durante la media hora restante del primer tiempo y tampoco en el arranque del segundo, algo que se agudizó cuando otra vez antes de los 15 minutos se fue expulsado por doble tarjeta amarilla el lateral derecho Javier Capelli.
Así, con un hombre menos y la necesidad imperiosa por descontar, San Martín dejó espacios en su afán por atacar que resultaron letales para sus aspiraciones. Claro que si los rafaelinos estuvieran más finos no hubiesen sufrido hasta el final y tampoco estarían en el fondo de la tabla de promedios.
Es que el remate de la historia recién llegó del pie de Kevin Itabel sobre los 40 minutos, algo que refrendó apenas 180 segundos más tarde Mauro Albertengo, el hermano del delantero de Independiente Lucas, para señalar su primer tanto con la camiseta albiceleste.
Y fue triunfo amplio de los de Llop, que se fue transpirando euforia, con la misma intensidad con la que vive cada partido, mientras Lavallén, que suena para convertirse en el sucesor de Juan Manuel Azconzábal en Atlético Tucumán, se retiró empapado en los silbidos de su propia parcialidad y con el futuro bailándole el vals de la incertidumbre sobre su continuidad en el verdinegro cuyano.