A los 19 minutos del segundo tiempo, tras la expulsión de Iván Torres, Domínguez intentó reorganizar el mediocampo, y lo logró de la siguiente manera: sacó a Leguizamón y metió a Garnier como volante por derecha (puesto en el que hacía mucho tiempo no jugaba) y cambió de banda a Pereyra, haciéndolo jugar por izquierda. Pasaron 20 minutos desde su ingreso, y Garnier entró en la historia de los clásicos gracias al cabezazo que decretó el resultado final del partido, conectando un centro de Silva desde la izquierda. Sobre la actuación y lo que el polifuncional jugador le aporta al plantel que dirige, el técnico dijo: “Garnier tiene muchas cosas, lo que pasa es que ni los hinchas ni ustedes están todos los días, nosotros sí lo vemos todos los días, sabemos cuánto se sacrifica. Tiene cosas positivas y cosas por mejorar, pero el balance siempre da positivo. Es un jugador muy inteligente, que sabemos lo que nos puede dar y aportar, por eso está con nosotros. Cada jugador se gana los minutos dentro del campo de juego, y Yamil jugó un gran segundo tiempo”.