Colón mostró su imagen más floja ante un Temperley que llegaba con la urgencia de sumar para escaparla al descenso de categoría. El de Dominguez, fue un equipo sin respuestas futbolísticas, ni anímicas y se vio sorprendido al cabo de un primer tiempo parejo, pero en el complemento el Gasolero fue ampliamente superior y goleó al equipo que llegaba como la sensación de 2017.

En Colón las ausencias de Diego Vera y Pablo Ledesma, sumado a un flojo rendimiento de gran parte del equipo, redondearon el partido más flojo de la era Domínguez.

El sabalero sumó solo 2 puntos de 9 en los últimos 3 partidos, siendo este el primer encuentro en el que no marcó goles.

Con el fin de seguir acrecentando la ilusión de llegar a la Copa Libertadores, Colón llegó a Buenos Aires sabiendo que era imperioso derrotar a Temperley para seguir en la pelea. Ese así como el DT, Eduardo Domínguez, hizo varios cambios con el fin de encontrar el mejor funcionamiento ante un rival que se hace fuerte en su cancha y que debe sumar para escaparle al descenso.

Es así como de entrada nomás salió a querer dominar las acciones. Sin demasiadas acciones de peligros hacia los arcos, el duelo poco a poco fue entrando en un trámite de fricción que, en apenas 12′, ya tenía a cuatro amonestados (Conti y Poblete en Colón). Por consiguiente, la lucha era lo que primaba. Sistemáticamente, el juego haciéndose cada vez más impreciso y Colón buscaba inquietar con su arma mortal: la pelota parada. De igual modo, no logró encontrar la claridad necesaria. Temperley por su parte intentó adelantarse en el campo más de atropellada que con ideas, por tal motivo, los arqueros eran prácticamente meros espectadores.
Pero después de tanto sopor, se produjo la primera opción de gol para Colón en los pies de Leguizamón, que sacudió dentro del área y, de no ser por un cruce providencial de Chimino, el partido ya tendría una emoción. Casi como un efecto contagió, el Gasolero prendió motores en tres cuartos de cancha y, en la primera llegada al arco de Jorge Broun, marcó el primer tanto del partido a los 29′ a través de Abel Peralta, que definió con clase. Una eficacia del 100% para el dueño de casa, que vacunó en la única que tuvo.

Un cachetazo inesperado para un Sabalero que tenía todo controlado y, en la única distracción, lo pagó caro. Casi un calco que en los últimos dos partidos, arrancó perdiendo y teniendo que ir indefectiblemente al frente. Temperley hacía su negocio: esperaba para salir de contra y Colón abría la cancha con el movedizo Nicolás Silva, pero sin buenas decisiones en la resolución final. De esa manera se extinguieron los 45′ iniciales, con un elenco de Eduardo Domínguez que volvió a desperdiciar un tiempo. Enjuague de cabeza y palabras renovadas eran necesarias para el segundo tiempo.

A los 31 minutos del primer tiempo, cuando ya el Sabalero estaba en desventaja, el árbitro obvió una clara mano de Ignacio Boggino dentro del área tras un remate de Christian Bernardi que tenía destino de gol

Colón no mostró su mejor versión en el primer tiempo frente a Temperley, en el Alfredo Beranger. El equipo celeste se puso arriba con un tanto de Abel Peralta a los 29 minutos, en la primera y única jugada clara frente a Jorge Broun.

Sin embargo, dos minutos más tarde llegó la gran polémica de la tarde, ya que el Sabalero tuvo una chance bien clara para marcar el empate. Llegó un centro desde la derecha para Christian Bernardi, quien remató ante la marca de Ignacio Boggino pero la pelota dio en la mano del defensor, que Nicolás Lamolina juzgó que no era para cobrar penal.
Esta acción generó la protesta generalizada de los jugadores sabaleros y del entrenador Eduardo Domínguez. Producto de esta fue amonestado Iván Torres, volante rojinegro.
El complemento necesitaba de nuevas ideas y argumento para que Colón diera vuelta esta historia, pero casi sin darse cuenta, recibió el segundo golpe del domingo con el tanto madrugador de afuera del área de Alexis Zárate a los 4′, que deja a Temperley 2-0. Momento crítico para Domínguez y compañía.
Indefectiblemente, los variantes se veían venir, así que rápidamente a la cancha entró Facundo Pereyra, que casi la emboca de tiro libre a través de buen pegada, pero el arquero Matías Ibañez, que luego se lesionó, la sacó al córner de manera formidable. También se metió Diego Lagos en el partido, en un síntoma claro que había que darle un efecto contrario al trámite. Clemente Rodríguez, de lo mejor del visitante, casi estampó el descuento, pero su arresto desde la media luna pasó cerca del palo. El Sabalero era puro empuje y cero argumentos, por consiguiente la gestación de jugadas escaseaban. Mauro Dalla Costa fue otros de los que ingreso por el amonestado Leguizamón en busca de la heroica.
El elenco santafesino monopolizó el juego, con centros y abriendo la cancha: es así como quedó al borde del descuento