anús juega de una manera y, mientras Jorge Almirón sea el técnico, nunca va a cambiarla. Así ganó al trote el Torneo Transición 2016 y se llevó las finales de la Copa Bicentenario y la Supercopa. La identidad del conjunto del Sur no está en peligro por la zigzagueante campaña en el campeonato actual, pero lo que sí está en riesgo es la cosecha de puntos frente a rivales que ya le tomaron el tiempo. Incluso los más débiles. El granate bien pudo haber perdido ante Atlético de Rafaela por la tozudez de salir jugando siempre -y siempre es siempre, literalmente- por abajo. Esta vez zafó porque Andrada le atajó el penal a Díaz, tras un comprometido pase de Gómez hacia atrás en la salida y una grosera infracción del arquero al mismo atacante. Esa fue la jugada que enojó a los santafecinos, enceguecidos en la lucha por la permanencia, y que liberó los espacios para Lanús, que no por haber ganado de contraataque resignó el protagonismo con el que tanto insiste el DT.

La diferencia de la jerarquía

Otro apunte será que Lanús siempre depende de los mismos jugadores y que sufre cada vez que utiliza la formación alternativa. Acosta, suplente por el partido de la Libertadores ante Nacional, el martes próximo, entró en el segundo tiempo y en un puñado de minutos ya había hecho más que medio equipo. Mucho más. Incluso, les dio otro aire a Román Martínez y a Gómez, por ejemplo. En la jugada del primer gol, a los 30 minutos del segundo tiempo, también participó Sand, otro de los insustituibles. Acosta corrió como un rayo, Pepe habilitó a Martínez y el N° 10, que en el primer tiempo había sido un garabato en la cancha, definió con calidad y de media distancia.

Se nota que Acosta está a gusto en Arias y Guidi. «Lanús me da mucho más que dinero», dijo el jueves pasado, ni bien se conoció que el atacante rechazó una fortuna de Monterrey, de México, en las negociaciones que encabezaba el mismo DT Antonio Mohamed. Fue otra corrida del Laucha la que terminó con una gambeta de Sand al arquero Hoyos y con una definición de zurda. De Sand está todo dicho. Por algo es un indiscutido pese a que Almirón lo miraba de reojo y a que siempre le buscó competencia. A Denis, habilitado a último momento por la lesión de Monetti, aún le falta mucho ritmo.

Rafaela había hecho un correcto partido hasta que se cayó frente a la primera situación psicológica adversa. Fue la que lo obligó a desprotegerse y la que liberó los espacios para un equipo acostumbrado a la elaboración con muchos pases. Pero así es el fútbol: con dos jugadas y seis toques también se puede ganar. Y por eso es bueno conocer todo el repertorio.