Técnico nuevo, dupla central nueva, volante central nuevo, Centurión de regreso y la dupla ofensiva Licha-Lautaro otra vez arriba. El debut oficial del Racing de Coudet ilusionaba por los nombres pero ante Unión terminó siendo una decepción. Sin fútbol, sin juego asociado, sólo con ocasionales ráfagas de algunas individualidades, lo de la Academia terminó siendo muy flojo. El equipo del Chacho se vio superado por un equipo que se mostró como tal: fuerte en lo colectivo, punzante, directo e intenso. La Unión hizo la fuerza para el Tatengue.

El 4-1-3-2 que paró Coudet en Santa Fe precisaba de algo fundamental para no sufrir: la pelota. Sin ella, Unión podía lastimarlo por afuera. El 4-4-2 de Madelón está bien aceitado y las espaldas de Zaracho y Centurión, los volantes externos de Racing, eran una invitación para el local. La mala noticia del Chacho es que sus hombres no tuvieron la posesión del balón. Y así, Racing debió achicar más hacia atrás que presionar allá adelante. Con los movedizos Gamba y Soldano intentando generar espacios constantemente y con las trepadas del lateral Damián Martínez por la derecha, Unión dominaba el encuentro a partir de la tenencia y de las aproximaciones al arco de Musso.

Sin embargo, Racing llegó al gol a través de una pelota parada. Centurión ejecutó un córner y el Pulpo González les ganó a todos de arriba para poner en ventaja a su equipo. Fueron cinco minutos de confusión del equipo local en el que la Academia pudo haberlo aprovechado. Pero Lautaro Martínez, en una larga corrida hacia el arco de Nereo Fernández, perdió un segundo y Bottinelli le pellizcó la pelota para evitar el 0-2.

Unión se repuso rápidamente y volvió a ser el dueño del partido. Un Racing en formación, con varios nuevos entre los 11 (fue el primer encuentro de la zaga central, por ejemplo), sufría en el retroceso ante un rival que era rápido y muy vertical. En uno de esos pases filtrados hacia los delanteros, Musso lo derribó a Gamba en el área pero se redimió en el penal al desviarle el remate desde los 12 pasos al delantero del Tatengue.

Cuando el local ya había hecho méritos suficientes como para empatar el partido, llegó la mano de Soto dentro del área y otro penal que Soldano, a diferencia de su compañero de ataque, pudo traducir en gol. Sin dudas, un acto de justicia el 1 a 1 con el que ambos se fueron al descanso.

En el complemento, Unión bajó la intensidad y el partido se hizo más parejo y más luchado en el medio. A los dos les costaba llegar hasta que a los 24 minutos, Zabala recibió en la medialuna, enganchó de afuera hacia adentro y sacó un zurdazo bajo y cruzado que fue inatajable para Musso.

Los veintipico de minutos restantes sólo sirvieron para ver la desesperación de Racing por empatar y los problemas de funcionamiento para justamente poder ocasionar alguna chance clara de gol. El triunfo de Unión, quedó claro, fue merecido.