La albiceleste superó a Croacia durante toda la primera mitad, pero fue desbordada en la segunda por un genial Rakitic que llevó a su equipo a la victoria.

Una tarde de invierno en el Vicente Calderón, Madrid, jugaban el Atlético y el Barcelona. Cerca de mí, una persona en la grada decía no saber nada de fútbol. Y era cierto, ni si quiera diferenciaba los equipos que competían por la camiseta que vestían. De repente dijo: ‘¿quién es ese que corre tanto y que hace cosas diferentes?’ Era Messi. Hasta los ateos al fútbol reconocen su grandeza. No tienes que saber de fútbol, sólo disfrutarle en el campo. En Liga y Champions propios y extraños lo alabamos. En Argentina, sin embargo, lo sufren también.

Pronto comenzó la desazón. A los 5 minutos de juego el corazón de Argentina se detuvo. Perisic completó una contra de Croacia muy bien armada y obligó a Caballero a realizar una de las mejores atajadas del Mundial. El posterior córner no tuvo consecuencias. La batalla por la medular no le permitirían la albiceleste demasiados despistes. Modric, Rakitic, Perisic, Rebic y Brozovic hacen de Croacia una de los mejores medio campo del torneo. Así lo demostró en los primeros minutos de juego. Es una medular extraña, que te hace pensar que posees el control del juego pero en realidad lo tienen ellos, pues cada recuperación del balón puede terminar en un contraataque mortal. Eso hizo dudar a Enzo Pérez y Mascherano en los minutos de tanteo.

Argentina es Argentina y tiene más recursos que sólo descargar en Messi. Eso debió pensar el bloque de Sampaoli que dispuso de dos grandes respuestas a la oportunidad croata. La primera, pase al interior al área rival a la que no llegó Messi por milímetros. La segunda, un minuto después con internada de Salvio por la derecha cuyo pase a la frontal del área fue rematado por Meza al cuerpo del central croata Lovren. El balón se fue a córner. Si no fueron gol, al menos le sirvieron a Argentina para hacerse amo y señor en todas las líneas del juego.

Ambas selecciones respetaban demasiado a su adversario y, sobre todo, lo que había en juego. Cualquier error grotesco costaría carísimo a ambos conjuntos. Acuña fue el primero que se quitó el miedo. Probó un centrochut tras internada suya por la izquierda que se estrelló en el larguero defendido por Subasic. Sampaoli no tenía más rabia que expulsar en la banca. Agüero en el minuto 25 también se soltó el complejo y se metió en el área tras sus inconfundibles dribblings pero tardó demasiado en pegarle al balón y la defensa croata despejó a córner. Llegó una más antes del 30 de juego. Nueva internada al área croata y el balón se quedó óptimo para que Enzo Pérez la mandara dentro, pero su tiro se fue al exterior de la red. Sólo había un equipo en el campo e iba de celeste y blanco.

El partido entró en zona de agotamiento y rudeza tras el gran derroche de lo de argentinos. Croacia inquietó con una oportunidad bastante clara tras un balón colgado por Vrsaljko que Manduzkic remató fuera. Era casi más complicado echarla fuera que dentro de la red. Estos minutos de la basura le dieron aire a una agobiada Croacia para reordenarse, volver a juntar las líneas y soltar al menos tres faltas merecedoras de tarjeta. De momento, los europeos se iban a ir al descanso vivos de milagro. ¿Messi? ‘Ni está ni se le espera’, sospechaban algunos miles de aficionados argentinos.

Al que si que nadie esperaba era a Higuaín… ni el monumental error de Caballero a los pocos minutos de comenzar la segunda mitad. El arquero argentino recibió de un compañero para despejar a placer e intentó pasarla por encima de Rebic quién de manera acrobática metió en balón al fondo de la red. Caballero, en vez de despejar, asistió involuntariamente al croata. Golazo en el partido del mundo al revés. A Sampaoli se le vino cielo encima y con un cambio hecho ya.

Mirándolo por el lado optimista, Messi tenía una oportunidad de oro para callar alguna boca detractora. Al minuto 63 casi anotó. Centro de Higuaín atrás, remató Meza blandito, repelió Subasic y el rechace le cayó a Messi, pero Rakitic taponó el disparo del argentino. El asedio de Argentina al área croata comenzó, pero los balcánicos eran demasiado robustos en el medio del campo. Además, metieron a Kavacic para dotarle de más solidez, profundidad y capacidad de ataque en las inminentes recuperaciones. Los resultados no tardaron en llegar. Rakitic avisó tras una jugada espectacular de tiralíneas por el medio. Después, la mala suerte de Argentina la escenificó Modric. El madridista caracoleó en la frontal del área con dos amagos para acomodar el cuero a su pierna derecha. Ya en posición, el croata disparó con su clásico efecto que se va abriendo para girarse después y lamer el poste derecho de la portería de Caballero. Su estirada no sirvió de nada. Golazo de Modric.

Argentina no pudo superar el jarro de agua fría. Otamendi perdió los papeles en una acción que le pudo costar la expulsión. Suerte tuvo que VAR sólo interviene cuando quiere. La posterior falta la envió Rakitic a la cruceta en lo que pudo suponer el tres a cero.

La banca de Argentina comenzó a pensar en cuál sería el mejor resultado del Nigeria contra Islandia. Y, claro, llegó el tercero. Rakitic se vistió de Messi para ejecutar una contra genial que lideró y finalizó él mismo. El trabajo del medio campo de Croacia fue soberbio . ¿Messi, jugó?