No hay nada más importante»
El técnico de la selección de Francia palpita la final de la Copa del Mundo que se jugará este domingo frente a Croacia.

El seleccionador francés Didier Deschamps remarcó este sábado, en la rueda de prensa previa a la final del Mundial de Rusia ante la escuadra croata, que sus jugadores deben afrontar el partido «con calma, concentración y convencimiento».

Sobre esas palabras se sustentarán las posibilidades de éxito de la escuadra gala, decidida a lograr la segunda corona mundialista de su historia tras la conseguida en la edición de 1998.

Entonces Didier Deschamps era el capitán del equipo ‘bleu’. Ahora, como técnico, vive y disfruta la experiencia de un modo «diferente». «Cuando eres jugador eres un actor; esta vez estoy al servicio de mis jugadores porque el partido depende de ellos. Mi éxito es su éxito», comentó el preparador de Bayona, a quien el duelo de este domingo en el estadio moscovita de Luzhniki ofrece la oportunidad de emular a Mario Zagallo y a Franz Beckenbauer.

Ellos fueron campeones del mundo como jugadores y como entrenadores y Didier Deschamps, tras el inolvidable triunfo de la selección gala en Saint-Denis, quiere repetir triunfo como técnico.

«He intentado transmitirle a los jugadores que están probablemente ante el partido más bonito de sus vidas. Es un privilegio jugar este partido. No hay nada más importante», señaló.

Según desveló Deschamps, sus pupilos afrontarán el choque «sin euforia», sabiendo que necesitarán estar «calmados, concentrados y convencidos» desde el primer segundo de un encuentro que les medirá con un conjunto mayúsculo.

«La calidad del equipo croata es evidente. Tiene jugadores experimentados, que compiten en algunos de los clubes más importantes del mundo y con un gran recorrido con el equipo nacional. Por nuestra juventud, siempre nos hemos enfrentado a equipos con más experiencia y más partidos», analizó.

Y es que catorce integrantes de la remozada selección gala no formaban parte del conjunto ‘bleu’ en la final de la Eurocopa de 2016, perdida ante la escuadra portuguesa (1-0, con gol de Éder).

«Hay nueve jugadores que saben qué pasó entonces. Queremos que las cosas sean diferentes esta vez. Encaramos la final con una actitud y con una visión distintas», abundó.

A diferencia de entonces, Didier Deschamps detecta que en el grupo «no hay euforia» sino un fuerte «respeto» por la selección que dirige el bosnio Zlatko Dalic. «Hemos cambiado la euforia por la satisfacción de haber llegado hasta aquí y de poder jugar el partido más importante del torneo», expuso.

Cree además el seleccionador francés que, «por el alto nivel» del bando rival, el choque podría decidirse «por un pequeño detalle», de ahí la detallada preparación que están haciendo.

«Hicimos el análisis de los seis partidos que ha disputado la escuadra de Croacia. Hemos repasado vídeos e imágenes para que el equipo llegue bien preparado a esta gran cita», explicó.

Especialmente cauteloso se mostró al ser preguntado por el capitán del conjunto ajedrezado, Luka Modric. Destacó la «movilidad» del jugador del Real Madrid, capaz de «aparecer por el centro, más cercano a la posición de Ivan Rakitic, o por otro lado».

En ese sentido afirmó que, como el argentino Leo Messi, también tiene la capacidad de completar «acciones individuales», como otros grandes jugadores a los que batieron a lo largo del certamen.

Del bando francés, por su parte, uno de los futbolistas más determinantes está siendo el joven Kylian Mbappé.

«Tiene mucho talento y lo ha demostrado varias veces en este torneo», dijo al ser preguntado por el atacante del PSG.

«Quizás es importante tener en cuenta a los más jóvenes, porque no tienen experiencia, pero no le doy un trato especial sino que intento hablar con mis jugadores y él es uno de los 23. Es un jugador clave y tiene claro lo que quiero de él», sentenció.