a recta final para el comienzo de la Superliga transita sus últimos días, y Unión ya pone la cabeza en Aldosivi de Mar del Plata, a quien recibiría el próximo lunes 13 de agosto, en el 15 de Abril, en uno de los cotejos que le bajarían la persiana al acto inaugural.
Para la conformación del nuevo plantel los dirigentes hicieron un gran esfuerzo para retener a aquellos jugadores que pretendía Leonardo Madelón, mientras que también llegaron cinco refuerzos que sin un pasado importante en sus anteriores clubes buscarán alimentar de opciones a un equipo que no las tuvo en la anterior temporada.

Pero la baja de Lucas Gamba fue muy difícil de suplir, y a esta altura del mercado de pases un jugador de sus características y condiciones será muy difícil de contratar. Encima está la chance latente que en este receso finalmente se pueda marchar Franco Soldano.

Es que los dirigentes tienen depositadas todas sus expectativas en vender el 80% que el club tiene de su ficha, operación por la cual se espera que ingresen a la tesorería del club más de 3.500.000 de dólares limpios, en lo que representaría la venta más importante del Tate en su historia.
La decisión política es que su traspaso de produzca en este mercado, ya que el dinero serviría para equilibrar las finanzas y ponerse al día con históricas deudas que tuvieron a maltraer al club. Pero de las declaraciones del presidente Luis Spahn nunca se escuchó decir que se buscaría un delantero de jerarquía para paliar la salida de Gamba y la hipotética venta de Soldano.

Sin dudas que se trata de un tema que intranquiliza al hincha de Unión, ya que en la temporada pasada no abundaban las alternativas para Madelón, quien le prendía velas a su dupla de ataque, que fue una de las mejores de la competencia. Sus reemplazos nunca estuvieron a la altura, por lo que al DT le faltaron alternativas en los momentos donde estuvo obligado a no contar con alguno de los integrantes de su ataque.

Más allá de esta realidad, los dirigentes esperan que en los próximos días llegue a la sede del club una oferta acorde a lo que pretenden por el goleador, quien podría arrancar la Superliga con el Tate y luego ser vendido, ya que algunos mercados cierran más tarde que el argentino.
Esto traería un grave problema a Unión si es que no consigue sumar a un delantero en lo que resta del mercado de pases. Pero también tendría un serio inconveniente si el ex-Unión de Sunchales se queda en el club, ya que su contrato vence el 30 de junio de 2019.
Si Soldano no se llega a vender deberán los dirigentes sentarse con su representante para negociar un nuevo contrato, ya que si llega a diciembre sin renovarlo el jugador estaría en condiciones técnicas de acordar su incorporación a cualquier club como jugador libre, más allá de que tenga seis meses más de vínculo con la institución.

Un ejemplo muy claro fue lo que ocurrió con el mendocino Gamba, quien luego de cuatro años magníficos en el Tatengue se fue con el pase en su poder tras la finalización de su vínculo. Se cree que este no sería el caso de Soldano, aunque los dirigentes correrían el mismo riesgo en caso de no venderlo y no negociar un nuevo vínculo.
Es cierto que el jugador tiene sentido de pertenencia y que no se trata de un jugador conflictivo, por lo cual se descarta que si no se vende de igual manera en caso de una futura venta sería el club el gran beneficiado. Pero hay una cuestión que es objetiva, y que si los dirigentes no toman sus recaudos podrían perder el gran tesoro que tienen en cuanto a lo patrimonial.