La lluvia dominó la escena en el atardecer de miércoles paulista. Colón tenía previsto un reconocimiento del campo de juego que finalmente no se hizo. Y Domínguez prefirió que los jugadores se muevan en forma liviana en el hotel como para que las horas se consuman más rápidamente y la espera para el gran partido no se haga tan tediosa.

A todo esto, los dirigentes, con José Néstor Vignatti y con la compañía de varios que llegaron a San Pablo, entre ellos dos de sus vicepresidentes –Patricio Fleming y Horacio Darrás- se juntaban este miércoles con sus pares de San Pablo en una cena de camaradería a la que fueron invitados. Si algo no le ha faltado a Colón en esta excursión brasileña, ha sido apoyo: no sólo de la hinchada, sino también de la dirigencia, que en muy buen número (son más de 10 en total) llegó a esta cosmopolita ciudad de casi 20 millones de habitantes.

Antes, Vignatti tuvo una reunión con Eduardo Domínguez en el hotel. ¿De qué habrán hablado?, ¿acaso se tocó otra vez el tema Pinilla?, ¿habrá surgido algún otro nombre de posible refuerzo? Todo puede ser. El presidente y sus pares invitaron al periodismo santafesino (obviamente allí estará el enviado de El Litoral) para un almuerzo que se realiza este jueves y bien temprano, como para que si la sobremesa se extiende, no altere el trabajo de quienes hemos llegado a esta gigantesca mole de cemento que es San Pablo, para cubrir este partido tan trascendente para la historia sabalera, no sólo por lo que se juega en una copa internacional, sino porque enfrente está uno de los grandes en serio de esta parte del mundo.

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