Un cabezazo de Fontanini y un derechazo espectacular de Fertoli decretaron el 2-0 en favor del equipo dirigido por De Felippe, que necesitaba una victoria ante Tigre para mejorar el promedio

La ley de atracción indica que si deseas mucho algo, la energía que se envía regresa en forma positiva. Eso le pasó a Newell’s ayer en el Coloso. Lo buscó y lo encontró. Claro que el rival está en zona de descenso y en la cancha no hace mucho para salir de ahí. Pero la Lepra lo ganó. Triunfo necesario pensando en lo que viene.

Omar De Felippe afirmó en conferencia de prensa el viernes que le quedaban 9 puntos vitales antes del Clásico. Riendo como acostumbra, dijo “si llego”. Hoy parece tener más aire que nunca para encarar la seguidilla de partidos que se le avecinan.

El entrenador sabía que tenía que cambiar y que todavía estaba a tiempo. Lo hizo y resultó. Y la cara de Newell’s mejoró notablemente. El equipo captó el mensaje y los que ingresaron rindieron bien.

El gol de Fontanini de cabeza en la primera parte fue el primer desahogo. Pero no alcanzaba y no había indicios de que llegue el segundo, porque Tigre demostraba que seguía vivo, y no había muchas ideas de juego por parte de la Lepra.

El segundo tiempo le sentó mejor, más después del gol de Fertoli, tras una asistencia perfecta de Leal. Y otra vez, el desahogo. El Rayo desde afuera del área pego un zapatazo inatajable para Batalla y selló el partido.

Al final Newell’s demostró que si quiere, puede. A pesar de las falencias, que las tiene, y de la talla del rival de turno, al fin y al cabo, lo importante era sumar y la Lepra cumplió el objetivo.