El 30 de abril de 1998, el Sabalero daba uno de los golpes más importantes de su historia al superar al campeón paraguayo, metiéndose en los cuartos de final de la Libertadores. No fue una victoria más, ya que superó en la serie a uno de los equipos más importantes del continente, Olimpia de Paraguay. El arquero José Pablo Burtovoy, se transformó en leyenda después de atajar cuatro penales, a la postre fundamentales para que el Sabalero inscriba su nombre entre los ocho mejores equipos de aquella competencia.