El delantero colombiano dialogó con la página de Conmebol y allí relató la dura infancia que tuvo viviendo en un barrio marginal.

En la previa a la final que Colón jugará ante Independiente del Valle, la página de Conmebol dialogó con el delantero Wilson Morelo, pero en este caso la charla se enfocó en la infancia que tuvo el delantero colombiano, viviendo en un barrio marginal y atravesando distintas circunstancias que fueron forjando su personalidad.

«Nací en Montería, un barrio que se llama Cantaclaro y me crié con la pelota La pelota era todo en el barrio y por eso mi mamá casi siempre me pegaba. Yo iba a la escuela a la tarde y entonces a las 12 tenía que salir de casa, pero llegaba de jugar con mis amigos a las 11.40 apurado para almorzar y cambiarme. Y a veces no encontraba un zapato o la ropa y entonces casi siempre mi mamá me pegaba y me iba llorando a la escuela», comenzó relatando Morelo.

Respecto al barrio en donde se crió dijo «Se originó por una invasión de gente muy pobre que se asentó en unas tierras, que luego el gobierno debió pagarle al dueño. Vivíamos en casas de tablas, con techos plásticos. Una situación muy dura, había muchas muertes. De hecho amigos míos que murieron, había delincuencia y el barrio se volvió muy peligroso».

«Por suerte yo siempre estuve enfocado en el fútbol, pero hay amigos míos que ya no están y otros que no llegaron a jugar. Yo fui el único del barrio que llegó a jugar al fútbol profesionalmente. Eso me da alegría, pero a su vez tristeza, porque muchos no pudieron llegar. Dios me guardó, siempre me ofrecían «cosas», me incitaban a hacer «cosas», pero siempre vi el fútbol como la oportunidad de salir adelante», aseguró.

Para luego agregar «Por eso nunca le dije que sí a esas tentaciones, le debo mucho a Dios, a mi familia y a la pelota. Si no era por el fútbol, mi vida hubiera sido otra, no se si estaría vivo. Le debo mucho al fútbol y a Dios por estar donde estoy. Pude sacar a mi familia del barrio, después me casé, pero estoy agradecido al barrio porque forjó mi carácter. Sigo teniendo amigos allá, las amistades no se perdieron».

Por último habló sobre el barrio y el ejemplo de su padre «A la gente del barrio, el mismo estado los va marginando, hay mucha gente laburadora, pero que no tiene las mismas oportunidades. Mi padre se levantaba a las 3 de la mañana y trabajaba hasta las 5 de la tarde. Y así nos crió y nos sacó adelante. Reconozco que hay delincuencia porque son barrios vulnerables, pero hay mucha gente que labura con mucho esfuerzo y que son honestas».