Todo pintaba para que el 2020 sea el año del despegue definitivo de Galván, pero en el inicio de la pretemporada se conoció que el jugador había arreglado condiciones con Colorado Rapids de la Major League Soccer.

Es que al volante ofensivo se le termina el contrato en junio de este año, con lo cual ya está en condiciones, pagando los seis meses que le quedan de vínculo a Colón, de firmar como jugador libre o bien estampar un vínculo y esperar hasta dicha fecha para emigrar en la misma condición.

Pero el jugador no quiso irse por la puerta de atrás de la institución, a pesar que entiende que no tuvo el trato que se merecía al no renovársele el vínculo con anticipación. Es así como trascendió que por la operación al Sabalero le quedarían 500.000 dólares y el 20% de una futura venta.

Entonces los dirigentes sabaleros, con el aporte de Gustavo Abraham, pusieron en marcha un plan, que necesita el aval de AFA, donde argumenta que no se le renovó el contrato por la larga inactividad que tuvo e incluso recusaba al representante de no estar inscripto en AFA.

A sabiendas de esta estrategia, la Major League Soccer, quien maneja los derechos federativos de todos los jugadores de aquella liga, envió a Colón una carta documento, donde lo intima en un plazo de 24 horas a presentar la documentación correspondiente donde argumente por qué Galván no puede marcharse en calidad de «libre».

Además, anuncia que en caso de no hacerlo, inmediatamente comunicarán el acuerdo con el jugador, quien ya habría firmado el contrato (sería por tres años), aunque luego restaría saber si es para lo inmediato o bien en una operación a terminar de concretarse en junio.

Por lo pronto, todo indica que en la gestión de tratar de salvaguardar el patrimonio Colón tendría una dura derrota, y el jugador se iría en calidad de libre, en una operación que le dejará un rédito paupérrimo a la institución.