Claudio Martín el exárbitro internacional maneja un taxi en medio de la pandemia en la ciudad de Rosario.
En Antología Magazine habló de su actualidad y revivió anécdotas del fútbol y de los clásicos entre Colón y Unión

El destino de Claudio Martín pareció estar encaprichadamente ligado al fútbol profesional. El joven que desandaba potreros en su ciudad y soñaba con volar de palo a palo en la Primera División, paradójicamente, se dio el gran gusto de ser protagonista principal en la máxima categoría aunque desde otro lugar. Tras un retiro “obligado” por la particular recomendación de un técnico de renombre, se convirtió casi sin proponérselo en árbitro.

Identificado con el estilo de Javier Castrilli -aunque un poco más contemplativo por estar familiarizado con el olor del vestuario desde su época como amateur- hace cuentas y se percata de que sus mejores actuaciones como juez fueron en duelos bajo lluvias copiosas y cancha embarrada.

Martín habló sin tapujos: señala al futbolista que más lo complicaba dentro del campo, cuáles eran las plateas que más lo exasperaban y cómo lidió con su fanatismo por Rosario Central mientras ejercía su profesión. Desclasifica los expedientes de Diego Ceballos (árbitro de la recordada final entre Boca y Central por Copa Argentina) y Gabriel Brazenas (partícipe en el Vélez-Huracán de 2009) y no evade la polémica.