LA RADIO EN LA CANCHA : Las radios quedaron afuera del protocolo sanitario del fútbol argentino. Nos obligan a transmitir los partidos mirando un televisor. La radio tiene que estar en la cancha porque en la cancha se tiene una visión periférica del juego. De lo contrario, estamos expuestos a los caprichos del director de cámaras que suele detenerse en el jugador que se ata el cordón de un botín, en el Beccacece que gesticula histéricamente hasta el paroxismo o, como hemos visto, en el Joachim Low que se come los mocos y se huele el trasero. Al show televisivo le sirve ; a la radio no. Ni hablar de entrar en clima : estás relatando desde estudios y de fondo tenés una música incidental de hinchada cantando siempre lo mismo, ya sea en una jugada intrascendente o en un gol. La radio viene acompañando al fútbol argentino desde el jueves 2 de octubre de 1924 cuando Horacio Martínez Seeber narró el partido entre Argentina y Uruguay en Sportivo Barracas, con el comentario de Atilio Casime. Y no me refiero solamente a las emisoras de Buenos Aires. Las radios del interior y las partidarias vienen transmitiendo a sus equipos desde siempre, en las buenas y en las malas. Sus periodistas recorren miles de kilómetros en bondi o en auto, jugándose la vida en la ruta, parando para cargar combustible y comer, en el mejor de los casos, un sandwich de mortadela y seguir viaje porque no alcanza la plata para hacer noche en un hotel. Ellos son los ojos de su gente que desde hace años no puede ir de visitante. Cuando jugaron Argentina y Ecuador la televisión llevó 24 cámaras y un equipo de 82 personas. Y a las radios les niegan el ingreso cuando con dos personas pueden hacer su transmisión teniendo en cuenta las actuales circunstancias. Mi solidaridad para todos las compañeras y los compañeros de la radiofonía argentina, extensiva para la prensa escrita y fotográfica. Apelo, respetuosamente, a que revean esta medida injusta y discriminatoria. Y humildemente a Marcelo Tinelli, quien en la mesa de las decisiones, es el que mejor puede entender esta situación por su pasado como vestuarista y comentarista de radio.