Brian Rose es originario de Birmingham y dueño de un récord de 33 victorias y seis derrotas. «Un tipazo. Estamos en contacto permanente, nos enviamos mensajes, nos saludamos, felicitando, agradeciendo. Es estupendo», lo definió el quilmeño.
Por Walter Vargas
A menos de dos meses de su tercera presentación desde que regresó a los cuadriláteros, el boxeador quilmeño Sergio «Maravilla» Martínez se entrena con intensidad y destaca su cordial vínculo con su próximo adversario, el británico Brian Rose: «Un tipazo. Estamos en contacto permanente, nos enviamos mensajes, nos saludamos, felicitando, agradeciendo. Es estupendo».
«A nivel personal, todos los rivales ingleses que tuve han sido los mejores que me han tocado. En tantos años en el boxeo he conocido gente muy copada, buena gente, pero los ingleses son cracks. Tremenda gente. Súper correctos, educados, unos caballeros. Y este muchacho, Rose, también», refirió Martínez en una charla con Télam, en medio de una pausa de su adiestramiento con miras a la pelea que sostendrá el 18 de septiembre próximo en Valdemoro, comunidad de Madrid.
Rose es originario de Birmingham y dueño de un récord de 33 victorias y seis derrotas.
«En tantos años en el boxeo he conocido gente muy copada, buena gente, pero los ingleses son cracks. Tremenda gente»
«MARAVILLA» MARTÍNEZ
«Un pibe muy profesional y respetuoso. Me agrada eso. Me cuenta cosas de familia, en fin, por más que los dos sabemos que vamos a salir a buscar el triunfo y, si es posible, por nocaut», añadió el bonaerense ex campeón mundial superwelter y mediano.
«Rose fue elegido entre más de veinte nombres. Un montonazo de posibles rivales. No fue fácil. Piden barbaridades de dinero y me imagino que ellos me ven bastante bien. Va a pasar esto hasta que me retire. No quieren exponerse ante un boxeador de cuarenta y pico de años, que si se descuidan les puede ganar e incluso también si no se descuidan», reflexionó Martínez, boxeador profesional desde 1997 y rumbo a los 47 años de edad que cumplirá el 21 de febrero.
«Estoy a una derrota de mi retiro», admitió quien tras una prolongada inactividad volvió a combatir el 21 de agosto y el 19 de diciembre de 2020, con sendos triunfos categóricos ante el español José Fandiño y el finés Jussi Koivula.
A decir del zurdo quilmeño, en estos días transita la etapa más exigente de su preparación con vistas al choque con Rose:
«Esta etapa es muy dura, durísima. Hemos trabajado en mi masa muscular hasta llegar a los 85 kilos y ahora ponemos el acento en la intensidad, en la resistencia a la velocidad, en los cambios de ritmo. Estas semanas que tengo por delante son tremendas, durísimas. El cuerpo empieza a cargarse. Estoy cansado todo el tiempo, pese a las treguas y los descansos que me tomo, pero sé que poco a poco voy a tener una mejoría. Las palizas que recibo en el gimnasio son importantes», bromeó.
En ese sentido subrayó la calidad de trabajo de su equipo: «Mi entrenador Agustín Tinín Rodríguez, y su ayudante Jimmy Lera en boxeo. Trabajan fantástico. En ellos hay juventud y aire fresco. Trabajar con ellos espectacular. Después tengo a David Navarro como preparador físico, un verdadero animal. Una bestia. Lo que logra conmigo es brutal. Mi doctor es Jaime Bermejo, nutricionista. Equilibra mi cuerpo y me hace funcionar como no recuerdo jamás en mi vida».
«A una derrota del retiro, como dije, probarme poquito a poco con boxeadores de mayor nivel, hace que mi motivación se mantenga en un nivel muy alto»
«MARAVILLA» MARTÍNEZ
«También hace lo suyo el doctor Antonio Hernández y la doctora, Raquel, que arregla y alinea mi cuerpo. Si puedo esforzarme al máximo es porque tengo un enorme respaldo de mi equipo. Y mi promotor es Oscar Zardaín. Si bien yo soy mi propio promotor, no puedo estar en la misa y en la procesión», añadió.
En tren de imaginar cómo se presentará su próximo compromiso, describió a Rose como a un boxeador cuyo récord «no asusta demasiado», pero «no deja de ser un inglés que pelea con sus compatriotas. Y el boxeo inglés tiene un buen nivel. No es lo mismo tener 32-6 en Inglaterra, que tener 32-6 en un país donde el boxeo no es un deporte fuerte. Es experimentado. Lo describo más bien pensante. Intenta ser contragolpeador, golpeador y contragolpeador. Boxea desde el centro del ring hacia atrás. No digo que boxee bien o que eso lo favorezca, pero él intenta eso. Está un escalón por encima de Fandiño y Koivula».
Para Martínez, de palmarés 53-3-2 y 30 KO, Rose supone «un paso adelante en una carrera de tramo corto. A una derrota del retiro, como dije, probarme poquito a poco con boxeadores de mayor nivel, hace que mi motivación se mantenga en un nivel muy alto. Estoy extremadamente contento. Las cosas se van dando, se van cuadrando a pesar de las dificultades que nos pone el planeta. Con el Todopoderoso Covid».
De cara al 18 de septiembre, calcula que llegará con «60 asaltos, 60 rounds con sparrings que definiremos pronto. No variará demasiado con respecto a mis combates anteriores. En el peso me encuentro muy bien. Llegué a pesar 85 kilos durante un mes. Ahora estoy en el periodo de quitar grasa de mi cuerpo y aumentar masa muscular».
Martínez está número 3 en el ranking mediano de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), cuyo supercampeón es el japonés Ryota Murata, el campeón regular es el cubano Erislandy Lara, el número 1 el británico Chris Eubank Junior y el número 2 el ruso Magoved Madiev.
«Tengo objetivos y siento alegría. Prefiero ir de a poco. Si sigo ganando, la pelea por el título me tocará con 47 años. Uno lo puede ver como una locura o como algo prácticamente absurdo, pero tal y cómo está respondiendo mi cuerpo, nada ni nadie me quitan la ilusión y la alegría», concluyó una de las figuras más relevantes del boxeo argentino en el siglo en curso.