En el fútbol se sabe los merecimientos sirven de poco. Colón sumó su segunda derrota de manera consecutiva en el campeonato, esta vez de local en el Brigadier ante Patronato de Paraná, que hacía más de un año que no ganaba de visita.
Montero repitió esquema y el dato no pasó desapercibido para Florestello, que sacó ventajas a espaldas de Torres y por la izquierda atacando a Ortiz. Por allí se generó la única llegada del Patrón en el primer tiempo que terminó con el gol de Telechea.
Después Colón despertó, manejó la pelota, pero sin profundidad para abastecer al Sangui Blanco.
Primero fue un cabezazo de Ledesma y después un cabezazo de Conti que terminó en gol y que fue anulado por el asistente dos por posición adelantada de Blanco.
En el complemento con Colón adelantado, Patronato dispuso de situaciones para aumentar. Así en una contra de Telechea, Broun tocó la pelota con la mano afuera del área. Debía irse expulsado, pero Pompei de flojo arbitraje solo sacó amarilla y en el tiro libre, le pelota pegó en el travesaño y casi se convierte en el segundo de Patronato.
Colón tuvo en el final un cabezazo de Blanco que se fue besando el segundo palo de Bertoli.
Colón no jugaba bien y sumaba, ahora sumó su segunda caída consecutiva. Un esquema que esta agotado y que requiere de cambios. No solamente son los bajos rendimientos de muchos jugadores, también es la necesidad de pegar un golpe de timón. No se trata de pedir a los que no son titulares, se trata de intentar algo distinto en la búsqueda de un resultado que modifique este status quo.
Mientras hace tres partidos que Colón no pone a un delantero cara a cara con el arquero rival, el peruano Diego Mayora por el que el Club hizo el mayor esfuerzo en este campeonato, se cansa de marcar en el equipo de reserva.
Montero sabe que es tiempo de cambios, porque los dirigentes con los que conversa de lo futbolístico ya se lo han hecho saber. El uruguayo decidió darle continuidad y confianza al equipo, pero llegó el tiempo de cambiar para torcer la mala racha.