Ginóbili, Scola, Laprovittola y Brussino forman parte de un torneo único; los nuevos contratos de TV aumentaron el poderío económico.
encienden las luces. El show de la NBA hoy pone en marcha su motor y la maquinaria más perfecta quedará en el centro del universo deportivo. Cada año parece tener una nueva vuelta de tuerca para reinventarse. La espectacularidad está garantizada. El juego será tan intenso como siempre. Los aspirantes al título no se corren del medio de la escena y, como si fuera poco, habrá un encantador perfume argentino. Emanuel Ginóbili y Luis Scola ya saben de qué se trata esto del brillo de la liga más poderosa. No estarán solos porque en la temporada 2016-17 habrá mucho para ver, ya que participarán de nuevos actores de la industria nacional: Nicolás Brussino yNicolás Laprovittola. Aunque no sólo será especial por los desembarcos de la sangre nueva o porque LeBron James o Stephen Curry volverán a sacarse chispas por un nuevo anillo. Será un año especial porque puede ser el último vuelo de Manu, con todo lo que eso implica.
El último campanazo lo dio Laprovittola, que explicó que pudo demostrarse a sí mismo que podía estar en la NBA. Lo que ofició de trampolín para su inclusión en San Antonio Spurs fue que Gregg Popovich entendió que era el complemento perfecto para equilibrar la conducción del equipo, ya que en Tony Parker y Paty Millis tiene dos bases anotadores y en Laprovittola puede encontrar más control del juego. Puede recurrir al argentino para imponer un ritmo más FIBA, un estilo que le encanta al técnico ganador de cinco anillos de la NBA. Será importante para el jugador surgido en Morón (firmó contrato por el mínimo US$ 543.471) aprovechar cada minuto, ya que es posible que en principio no tenga lugar en la segunda unidad del equipo. Tener a Manu Ginóbili como compañero hace que todo resulte más sencillo: el bahiense se encargará de marcarle el camino a todo el equipo y estará más atento que nunca a su compatriota.
Para Manu, que acordó un contrato por 14 millones de dólares por esta temporada, será una campaña con una infinidad de sensaciones, mantendrá sus 15 o 19 minutos y evitará jugar en días consecutivos, pero fundamentalmente se pondrá como objetivo disfrutar.
La situación de Nicolás Brussino resultó bastante sorprendente. El santafecino llegó a Dallas Mavericks directamente de Peñarol, de Mar del Plata, una situación que no ocurría desde el desembarco de Rubén Wolkowyski, en 2000, cuando pasó de Estudiantes de Olavarría a Seattle Supersonics. Brussino (también firmó contrato por el salario mínimo) se quedó con un lugar entre los 15 jugadores que participarán de la temporada para los Mavericks tras convencer a Rick Carlisle. El coach advierte que el argentino todavía debe trabajar su costado defensivo, pero que es muy efectivo ofensivamente y muy versátil por tener 2,04 metros. Durante la pretemporada usó muy bien cada una de las jugadas preparadas que se dispusieron para él. Su adaptación en el equipo será paulatina y es posible que en el comienzo no llegue a los 15 minutos que jugó de promedio durante la pretemporada.
Otro de los grandes desafíos se presentará para Luis Scola, en Brooklyn Nets, su quinto equipo en la NBA (Houston Rockets, Phoenix Suns, Indiana Pacers y Toronto Raptors). El capitán del seleccionado argentino llegó como uno de los hombres fuertes de la temporada para la franquicia, con un contrato de US$ 5 millones, y es posible que alguna vez integre la formación titular. La mayor prueba para el equipo de Nueva York será llegar a los playoffs. Una de las apuestas es que funcione la pareja de internos Scola-Brook López, un pivote estadounidense de 2,13 metros que tiene buen tiro y pasa muy bien el balón.
Aunque la aventura para los cuatro argentinos será más compleja que nunca porque la NBA tuvo una especie de reconfiguración de poder a partir de una inyección económica de la TV. En los primeros cuatro días del mercado de negociaciones entre las franquicias y los jugadores se gastaron cerca de 2700 millones de dólares ¿Por qué? Es que en esta temporada entraron en vigor los nuevos contratos de televisión, que se acordaron en 2014 con Disney (que incluye a las señales ESPN que transmitirá en la Argentina hasta cinco partidos semanales y ABC) y Turner (TNT). Estos nuevos acuerdos le dan a la NBA 24.000 millones de dólares hasta 2024.
Este nuevo escenario les permitió a los dueños de las franquicias subir el tope salarial de 70 a 94 millones de dólares, con exenciones que permiten no pagar impuesto de lujo hasta los 113 millones de dólares.
Para comprender mejor de qué se trata esta historia, en los primeros 54 contratos que se firmaron para esta temporada, seis jugadores superaron los 100 millones de dólares en sus acuerdos por los próximo cinco años: Mike Conley con Memphis (153 millones), DeMar De Rozan con Toronto (139), Andre Drummond con Detroit (130) Bradley Beal con Washington (128) y Nicolás Batum con Charlotte (120). Y lo curioso del caso es que el MVP de las últimas dos temporadas, Stephen Curry, que acordó su vínculo hace dos años, esta temporada cobrará 12 millones de dólares menos de la mitad que Conley en este primer año o que su nuevo compañero Kevin Durant que acordaron contratos por el tope máximo (US$ 26.540.100).
La NBA tendrá un año especial en todo sentido por la lucha por la corona, por la danza de millones y porque cuatro argentinos son parte de la elite del básquetbol mundial. El comienzo hoy con los cruces entre Cleveland-New York, Portland-Utah y Golden State Warriors y San Antonio Spurs será apenas una pequeña porción del Showtime dispuesto para 2016-17.
Garino, bajo la lupa de varias franquicias
Patricio Garino estuvo a un paso de quedar en el roster definitivo de San Antonio Spurs. El marplatense está evaluando la posibilidad de quedarse en la D-League y jugar en Austin Toros, el equipo de los Spurs, aunque también hay otros equipos de la NBA que lo están siguiendo.