En el arranque del cotejo se observaba un Unión más prolijo y mejor parado en la mitad de la cancha cortando los circuitos futbolísticos del elenco rojinegro que dejaba muy aislado a los dos delanteros. En consecuencia se daba un partido intenso, disputado pero con varias imprecisiones.
A los 11′ un centro de Clemente Rodríguez desde la izquierda posibilitó que Nicolás Leguizamón cabeceara desviado en lo que fue la primera llegada de Colón, aunque tampoco se trató de una chance clara como para marcar pero al menos evidenció que por ese sector Colón podía complicar.
Unión apostaba a poblar la zona media obstruir lo que pudiese intentar el conjunto local y a partir de allí poder controlar el juego, en cambio el Sabalero buscaba con Facundo Pereyra e Iván Torres poder asistir a Diego Vera y Leguizamón que eran bien controlados por los marcadores centrales del Tate.
Y la más clara de Colón como no podía ser de otra manera llegó mediante una pelota quieta, esta vez fue un córner ejecutado de manera magistral por Pereyra y el remate a la carrera con el pie derecho del paraguayo Torres que se fue por encima del horizontal demostrando las virtudes de Colón en este tipo de jugadas que claramente se trabajan en la semana.
Sin embargo, como una mueca del destino para Colón, el Tate se puso arriba en el marcador con una pelota detenida. Desde el sector derecho cuando se jugaban 26′ ejecutó Nahuel Zárate y esta vez Leonardo Sánchez le ganó a todos los jugadores rojinegros y de cabeza vulneró a Jorge Broun quien no salió a cortar el centro.
Ese gol, mejoró a Unión y puso nervioso al Sabalero que equivocaba los caminos como para llegar al arco de Fernández que hasta allí había tenido poco trabajo. En esa primera etapa se observó un Colón nervioso, maniatado incómodo, y sorprendido por el planteo de Unión que salió a dividirle el balón y a presionarlo. Por ello fue el elenco visitante quien dejó una mejor imagen, con mucha concentración, sólido en sus líneas y jugando el partido que pretendía.