La comisión de derechos audiovisuales parece haber encontrado la fórmula sobre cómo se va a asignar el dinero que deja el contrato de Fox y Turner a partir de agosto. Por impracticable, destierran los conceptos de share o rating. La idea es que la torta se divida en tres. Un 50% será respetando los grupos actuales, un 25% por mérito deportivo y el 25% restante bajo el concepto de cantidad de años en Primera, títulos nacionales y copas internacionales. Todos los detalles y las discusiones que se vienen. ¿Se aprobará el cambio?.
La Superliga afronta desde hace meses en su laboratorio el desafío de romper el actual esquema de reparto del dinero de TV y parece que empezaron a decir “eureka”. La comisión de Derechos audiovisuales presentará probablemente hoy en el Comité Ejecutivo cómo se distribuirán los ingresos provenientes del contrato con Fox y Turner tras el Mundial.
Recordemos. Hasta ahora ese dinero se divide su totalidad en tres grandes grupos cobrando cada uno un monto diferente. El que más se lleva es el primero, que lo integran River y Boca; el segundo lo conforman Independiente, Racing, San Lorenzo y Vélez; mientras que el tercero lo componen los demás equipos de Primera.
Con la conformación de Superliga, se acordó romper esa distribución buscando una fórmula que disminuya asimetrías y sea «más justa”, un eterno reclamo de los clubes medianos y chicos para quienes el dinero de la TV es fundamental para su economía. Es por eso que se pensó en una torta que se corte en varias partes. Se había logrado un entendimiento para repartir el 50% de los ingresos como se hace hasta ahora (los tres grupos), un 25% que sea por mérito deportivo (tabla de posiciones del último torneo) y otro 25% bajo el concepto de “share” o “rating” de los partidos televisados. Justamente el escollo grande es este último concepto.
Según pudo confirmar Doble Amarilla, la comisión integrada por Mariano Elizondo, Pascual Caiella, Matías Ahumada, Cristian Malaspina, Rodrigo Escribano, Ricardo Carloni, José Manzur y Enrique Sacco desterró la posibilidad de usar el concepto de rating y ya le encontró reemplazo. Los argumentos son varios. Por un lado, que al ir muchos partidos por el sistema premium y otros por el básico no se estaría midiendo con la misma vara. Otro alegato es que al haber partidos en «horarios prime time” y otros donde el encendido suele ser más bajo tampoco respetaría el espíritu de equidad que se busca. Otro inconveniente es que Ibope no mide en todas las Provincias.
FÓRMULA MÁGICA
Entre tantas reuniones finalmente se llegó a un acuerdo general de cómo se va a barajar ese 25% restante. Según pudo saber Doble Amarilla, la idea que se va a presentar es la de repartir ese porcentaje en tres tercios iguales. Un tercio se asignará de acuerdo a la «cantidad de años en Primera División» que tenga el club, otro será por cantidad de «títulos nacionales» y el último por «logros internacionales». En algún momento se pensó incluir dentro del ítem de vigencia en la máxima categoría, la cantidad de socios de cada club, pero se hace difícil auditar la base de afiliados de cada entidad y el no hacerlo le quita trasparencia.
La medida es probable que cause polémica entre los equipos con menos historia en Primera División, pero se sabe que contentar a todos es imposible y por eso se avanza en esta ecuación. En el pizarrón del laboratorio cada ítem tienen sus pormenores que aún restan afinar. Por ejemplo, dentro del punto de «logros internacionales» no va a valer lo mismo un título de Copa Libertadores que el de Suruga Bank o Copa Sudamericana. Allí habrá que hacer un trabajo de ponderación de cada uno de los torneos y asignarle un valor que va a incidir nada menos que en más o menos dinero.
Otro debate se da en cuanto al tercio que valora la cantidad de años en Primera de cada equipo. La discusión ahí es respecto a desde cuándo hay que tomar el período histórico. Hay posturas respecto a que debe hacerse desde 1931, cuando se dio inicio a la era del profesionalismo en el fútbol argentino. Pero hay otros que piensan que debe ser desde 1985 cuando se dejaron de disputar los Torneos Nacionales y se unificó en un certamen a los equipos afiliados y a los del Interior.
Otro detalle a tener en cuenta es que toda ecuación debe respetar la regla de oro de la armonía que propicia que el equipo que más dinero cobra no puede embolsar una cifra mayor al monto que percibe el que menos cobra multiplicado por 2,2. En limpio y dando un ejemplo con números redondos, si el que menos recibe obtiene $100 el que más recibe no puede llevarse más de $220. Esta normativa seguirá vigente y justamente busca evitar que no se den asimetrías como puede ocurrir en el fútbol español donde las diferencias de ingresos por TV de Barcelona y Real Madrid con los clubes menos populares superan el 4 a 1.
La inflexibilidad de esta regla plantea otro acertijo puntual. Tomemos el caso Boca y desglosemos bajo el nuevo esquema de reparto. El 50% de los ingresos los recibe por el sistema tradicional siendo con River el que mas dinero se lleva. Aplicando el mérito deportivo Boca también va a ser el que más perciba ya que viene de ser campeón y probablemente repita título. Y tomando el último ítem los xeneizes son de las instituciones con mayor cantidad de títulos nacionales, internacionales y años en Primera. En la cuenta final, el saldo de Boca excedería la regla de oro y cobraría por encima de ese tope. Ahí se inicia otra debate que es cómo se reparte ese excedente que deja Boca. También ahí habrá tironeos. Una opción es hacerlo de manera solidaria entre todos los clubes y otra, por ejemplo, es que se asigne entre los 6 últimos del ránking de ingresos.
Todo un desafío. Lo concreto es que, pese a los detalles menores, ya la fórmula va tomando color, lo que no está garantizado es que no haya pataleos y un fuerte debate. Deberán apurarse porque la idea de la conducción de Superliga es que para cuando arranque el Mundial, el nuevo reparto quede cerrado.