Si en el momento de ser sorteados los grupos del Mundial Rusia 2018 el partido que la Argentina debía jugar ante Croacia era, en esa previa, el más preocupante para el seleccionado, la situación se acrecentó todavía más con el empate ante Islandia. Será un encuentro de alto impacto para el equipo de Jorge Sampaoli . Le tocará enfrentar a una selección que, en un buen día, puede hacerle mucho daño. Pero la Argentina deberá estar atenta y aprovecha las ventajas que da este buen equipo. Aprovechar, también, las suyas. Y confiar, siempre, en Lionel Messi .
Croacia suele utilizar como punto de partida el esquema táctico 4-2-3-1 y es un equipo que apuesta a la tenencia de la pelota. No es estático, se mueve, circula, cambia de posiciones. Todo para mantener la fluidez en el manejo de la pelota. Se siente incómodo cuando eso no sucede. El juego de Croacia nace en el eje central de la cancha. Allí están sus dos volantes más creativos: Ivan Rakitic y Luka Modric . Uno de Barcelona, el otro de Real Madrid. La posesión es el arma fundamental, algo que no suele verse en los equipos balcánicos. De todas formas, analizando cómo Islandia complicó al equipo argentino defendiéndose cerca de su arquero, no habría que descartar que utilicen el recurso durante distintos lapsos del partido.
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Pero este equipo confía en esta buena generación de jugadores, que todavía no consiguieron buenos resultados. En los últimos años, Croacia tuvo intenciones mayores a lo que terminó sucediendo. Por ejemplo, en la Eurocopa 2012 no pasó la etapa de grupos. Lo mismo le pasó en el Mundial 2014 (perdió 3-1 con México en la última fecha, donde el que ganaba pasaba) y en la Eurocopa 2016, luego de vencer a España y quedar primera en su zona, cayó en octavos con Portugal.
El juego de Croacia comienza a tejerse en el tándem Rakitic-Modric. Una vez que esa circulación es fluida y sostenida, se apoyan en sus volantes externos, sus laterales y sus delanteros para ser lo más punzante posible. Entre los dos, Rakitic cumple una función más defensiva (por momentos se para entre los centrales para prevenir algún ataque inesperado) y Modric es quien lleva el juego de gran conductor.
A ese eje lo complementan los dos volantes externos. Por derecha Ante Rebic, jugador del Eintracht Frankfurt de Alemania, quien en el último tiempo le robó el puesto a Mateo Kovacic, de Real Madrid. Por el costado izquierdo está Ivan Perisic, quien puede jugar tanto de volante, como enganche o media punta, como por momentos lo hace en Inter, detrás de Mauro Icardi.
En ataque, Croacia cuenta con un arma contundente: Mario Mandzukic . El delantero, compañero en Juventus de Gonzalo Higuaín y Paulo Dybala, no sólo juega para el gol, sino que por momentos retrocede unos metros, pivotea y así, ayuda a generar los espacios que luego pueden aprovechar sus volantes o defensores.