El entrenador de la selección argentina y el presidente de la AFA conversaron en privado ante las versiones que circulan sobre los cortocircuitos en el seno del plantel.
La selección argentina traviesa horas de alta tensión. El equipo se jugará la clasificación a los octavos de final del Mundial de Rusia en el partido del próximo martes ante Nigeria en un marco de presión y en medio de una ola de rumores sobre el clima que se vive en la concentración en Bronnitsy.
Los jugadores han dejado en claro su posición: no están conformes con el manejo de Jorge Sampaoli y se lo han hecho saber. Los cambios constantes que introduce el DT, la imposibilidad de sostener una formación y algunas diferencias en cuanto a sus modos y manejos han marcado el humor de los futbolistas, que se lo han manifestado al oriundo de Casilda.
Ante este contexto desfavorable, y consciente de las versiones que circulan en Buenos Aires respecto de estos cortocircuitos con los jugadores, Sampaoli le pidió una reunión al presidente de la AFA, Claudio «Chiqui» Tapia. La cumbre se produjo este sábado.
Tapia respaldó al entrenador e intentó calmarlo. Le pidió que se quede tranquilo, que solo se concentre en dirigir ante Nigeria, partido que Argentina debe ganar sí o sí para tener chances de avanzar a la próxima instancia.
Los rumores que circulan sobre las internas de la Selección hoy son materia de preocupación para el DT, pero Tapia le dio su apoyo, reafirmándolo como líder del grupo.
Aunque esta vez estuvieron a solas, este no fue el único encuentro que tuvieron Sampaoli y Tapia en las últimas horas. En la noche del viernes, los dos habían mantenido una conversación con Lionel Messi y Javier Mascherano.
Respecto de esa reunión que se improvisó tras la humillante derrota ante Croacia que dejó al equipo al borde de la eliminación -luego vino la victoria de Nigeria ante Islandia para darle una vida más en el certamen-, hay distintas versiones. Algunos afirman los futbolistas fueron al DT con el pedido de tomar las decisiones en conjunto de ahora en adelante, en tanto que otros indican que Messi y Mascherano se limitaron a transmitir el (crítico) mensaje suyo y de sus compañeros, y que a partir de eso -aún a pesar de las serias diferencias- todos se comprometieron a intentar sacar adelante la situación.
Quedan menos de tres días para que Argentina se juegue su futuro en el Mundial. El partido ante Nigeria en San Petesburgo podría marcar el fin de un ciclo que tuvo en Rusia su punto más caótico o, en caso de lograr el objetivo de avanzar a octavos de final, sería la oportunidad para bajar y dar de nuevo, para intentar conquistar la gloria aún en un marco a todas luces desfavorable.