El francés, que juega con la 10 como Messi, la rompió con dos goles y guió a su equipo a cuartos de final del Mundial.
El fútbol lo puso Mbappé
Mbappé es abrazado por Deschamps después de su descollante actuación.
Los ojos de todos los presentes en el Kazán Arena se posaron en Lionel Messi, algo habitual cuando el 10 argentino está en cancha, pero esta vez la estrella fue otro jugador que también porta ese número en la espalda: Kylian Mbappé.
El francés la rompió toda y con dos goles, más la falta que le hicieron en el penal que abrió el partido, guió a su selección a los cuartos de final, donde esperan por el ganador del duelo que disputarán Uruguay y Portugal.
En el primer tiempo y tras un control defectuoso de Ever Banega, el delantero del PSG recuperó la pelota, aceleró casi desde la mitad de la cancha y ya no lo pudieron parar. Llegó hasta el área y Marcos Rojo no tuvo más opción que derribarlo, por lo que el árbitro sancionó el penal que Antoine Griezmann cambió por gol para el 1-0.
En el complemento y cuando el partido ya estaba 2-2 tras un arranque intenso después del descanso, tomó la pelota en el área, gambeteó y sacó un zurdazo bajo que venció la resistencia de Armani para el 3-2 de los galos.
Apenas un puñado de minutos después volvió a llegar sin marca y de frente al arco acomodó la pelota contra un palo, lejos del arquero de River, para el 4-2 que prácticamente sentenció el encuentro.
Un rato antes de terminar fue reemplazado por decisión de Didier Deschamps, quien lo abrazó para felicitarlo por su descollante actuación mientras los franceses lo coronaban con una gran ovación. Los fanáticos esperaban por Messi, aunque esta vez el fútbol lo puso Kylian Mbappé.