En una semana larga, el plantel de Unión entrenó en Casasol a la espera de tener novedades en la venta de Soldano y pensando en el viaje a Tucumán.
Unión empezó la Superliga con el pie derecho, volvió a ratificar su solidez defensiva y se hizo fuerte nuevamente en el 15 de Abril, donde no perdió desde la creación de este torneo.
Entonces, todos los síntomas, sin lesionados a la vista, deberían ser positivos, pensando solamente en armar la logística para viajar a Tucumán y enfrentar el próximo lunes a San Martín, en el cierre de la 2ª jornada.
Pero hasta tanto y en cuanto no se clarifique la situación de Soldano (ver aparte), al menos el entrenador Leonardo Madelón navegará en ese mar de incertidumbre para saber si verdaderamente podrá contarlo por resto del año al menos, o bien tendrá que ponerse a pensar en un reemplazante.
De hecho el propio entrenador admitió en las últimas horas hasta la posibilidad de cambiar la forma de jugar de su equipo, supeditada obviamente a la presencia del autor de la conquista ante Aldosivi. Independientemente de esta situación, que es un dato no menor, el plantel realizó su segundo día de entrenamiento en Casasol, con tareas físicas y de fuerza, encarando lo que viene.
La presencia desde ayer de Santiago Zurbriggen es una de las novedades más salientes, con el rodaje que empieza a tener Federico Andrada y también aguardando la resolución del pase de Rodrigo Cabalucci, quien entrena desde la semana anterior junto al resto de los jugadores pero todavía no logró destrabar la situación contractual.
El resto de los futbolistas continúa con su preparación para afrontar un largo viaje en una cancha difícil y ante un rival del que poco se conoce, teniendo en cuenta que aplazó su debut frente a Independiente por la Superliga, con lo cual disputó un par de amistosos y su compromiso por Copa Argentina.