El juvenil arquero debió unirse el sábado a la concentración y terminó atajando casi todo el partido en el Brigadier López. «Es algo que soñé desde chico», apuntó.
Realmente los acontecimientos se suscitaron de manera repentina. Pero la convocatoria de Madelón para Marcos Peano empezó a marcar un indicio que Nereo Fernández podría perderse el Clásico.
Y fue así nomás: el capitán probó este domingo por la mañana, el propio entrenador no lo vio bien y se produjo el corrimiento: Papaleo al arco y Peano esperando su lugar. Pero absolutamente nadie suponía que el golero titular apenas duraría 25′ en campo y un golpe sobre su ojo izquierdo lo sacó de la cancha.
Entonces llegó lo que tanto esperaba Peano, un habitual habitante de las Selecciones juveniles argentinas que busca su lugar en la Avenida López y Planes. Le llegaron poco y nada pero siempre estuvo atento para responder.
En diálogo con la prensa expresó que «la verdad que nos merecíamos un poco más, uno viene a buscar los tres puntos y no se dio. Es algo que uno sueña desde chico y por suerte se me dio».
Más adelante reconoció que «ayer (por el sábado) a la mañana me hicieron llegar las cosas a la concentración, después probó Nereo y no llegó y tuve que quedar en el equipo. Fue todo muy rápido y si me dijo algo Madelón antes de entrar no lo escuché».
Al momento de dar una opinión sobre el partido, el juvenil golero expresó que «tuve un partido tranquilo, fue trabado en la mitad de la cancha, pocas intervenciones tuve pero creo que buenas, me voy feliz, me voy tranquilo».