En lo que va del semestre el Sabalero disputó siete encuentros y apenas ganó uno. Sin embargo, desde los 12 pasos salió airoso y por ese motivo continúa en la Sudamericana y en la Copa Argentina.
Desde lo futbolístico está claro que Colón está en deuda como así también su técnico Eduardo Domínguez ya que aún en lo que va de este segundo semestre casi nunca hizo jugar bien al equipo. Apenas se puede destacar aquel triunfo con sabor a hazaña en el Morumbí ante el San Pablo.
Pero desde lo estadístico está claro que los números no son buenos y el rendimiento menos. Dentro de los 90′ Colón disputó cuatro partidos por la Superliga, dos por la Sudamericana y uno por la Copa Argentina, sumando un triunfo (San Pablo) dos derrotas (San Pablo y Atlético de Tucumán) y cuatro empates (Deportivo Morón, Patronato, Tigre y Unión).
Sucede que la definición desde los 12 pasos le hizo un guiño al elenco rojinegro en la Copa Argentina y en la Sudamericana. Así las cosas, le permite continuar en ambas competiciones y eso sin dudas que termina disimulando lo muy pobre que consiguió en la Superliga donde continúa sin ganar con tres puntos sobre 12.
Si bien por primera vez Dominguez repitió la formación de un partido al otro, la realidad marca que cuesta entender el plan de juego que tiene el equipo. Y lo cierto es que su mejor funcionamiento lo encontró cuando supo defenderse como en los cotejos ante el San Pablo.
Cuando quiso arriesgar un poco más no tuvo solidez y le convirtieron. El desafío de jugar con un enganche y dos puntas no resultó y quizás ahora Domínguez vuelva sobre sus pasos y modifique el esquema táctico, dado que por ahora no encontró su mediocampo ideal ni tampoco la delantera.
El funcionamiento sigue siendo el principal déficit de Colón y el plan futbolístico no resulta. En la zona media pone jugadores de buen pie, pero después la pelota la manejan los marcadores centrales y se termina apostando al pelotazo para Javier Correa.
Alan Ruiz no termina nunca de ponerse el equipo al hombro, pero sin embargo para el DT es un intocable, los refuerzos por ahora a excepción de Leonardo Burián no son solución y un par de ellos ni siquiera debutaron (Franco Zuculini y Ariel Cháves).
En ataque se depende exclusivamente de Correa, ya que el resto está muy por debajo, dado que los otros puntas no son solución. Por ello, Colón resulta ser un equipo previsible, lento en la zona media y con escasa gestación. Que si debe proponer y salir a buscar un resultado la ecuación se complica.
Así las cosas, por ahora los resultados le hacen un guiño al Colón de Domínguez si se tiene en cuenta las Copas y eso sin dudas que acalla un poco el malestar del hincha que observa que su equipo no está jugando bien, pero que en el fútbol lo que mandan son los resultados. Mientras siga con vida en la Sudamericana todo será perdonado, en cambio un traspié a nivel internacional cambiará el parecer y el análisis sin dudas será otro.