El mal inicio en Superliga puso a la Lepra con sólo seis equipos por debajo en los promedios.
Ver el vaso medio lleno, o medio vacío, es parte de la interpretación que se puede hacer del empate de Newell’s en Córdoba. La Lepra tuvo su mejor rendimiento como visitante, no ganó por la ineficacia de sus delanteros, pero la igualdad le permite mantener la distancia de siete puntos con Belgrano, rival directo en la tabla de promedios.
Desde lo subjetivo, tanto el análisis de De Felippe, como el de los hinchas, o los propios periodistas puede ser distinto. Positivo o negativo, de acuerdo al ánimo con el cuál se mire la situación. Lo que no se puede evitar es la realidad de los números, y ahí es donde la preocupación es inevitable.
Newell’s arrancó el torneo con margen en la zona de promedios. Miraba la tabla de reojo, sin preocuparse tanto. Estaba cerca del famoso 1,400 que alguna vez pidió Eduardo Bermúdez, no había razones para volverse loco inmediatamente, aunque el cuerpo técnico ya advertía que iba a ser un torneo donde el descenso podía ser un tema a tratar. Y no estaba tan equivocado.
El inicio en números de Newell’s no admite discusiones, es espantoso. Apenas dos puntos sobre quince exime de cualquier análisis. Y ese comienzo para el aplazo puso a Newell’s en una zona donde hay que empezar a preocuparse.
Hoy Newell’s sólo tiene seis equipos por debajo en la tabla. Es cierto que el margen con San Martín de San Juan, último de los que no están zafando, aún es de nueve puntos, pero el solo hecho de verse entre los últimos genera preocupación. Y está bien que así sea.
Newell’s acumula en los promedios 80 puntos, igual que Atlético Tucumán. Debajo están Gimnasia (77) y Belgrano (73), que está zafando con lo justo. Ahí está el valor del empate leproso en Córdoba. Porque le permitió mantener siete puntos de ventaja sobre el Pirata.
Luego están los cuatro que hasta el momento se van a la B Nacional. San Martín de San Juan (71), Patronato (68), Tigre (61) y San Martín de Tucumán, que divide sólo por este torneo, pero por ahora acumula pocos puntos y está en el fondo.
El buen inicio de Aldosivi, con 9 puntos, lo saca por ahora de una zona donde era candidato a estar igual que los tucumanos, al ser ambos los equipos que ascendieron esta temporada.
Y apenas sobre la línea de la Lepra, con 82 puntos, están Vélez, Huracán y Lanús, este último rival de Newell’s el próximo sábado en el Parque en otro partido catalogado como de “seis puntos”.
De los equipos mencionados, el más firme en estas primeros cinco fechas es Atlético Tucumán, que suma 11 puntos. Pero su participación en cuartos de la Copa Libertadores puede hacer que descuide un par de semanas el torneo local, cansancio incluido.
Belgrano, con siete puntos, tampoco arrancó tan mal. Aunque es un equipo más predispuesto al empate, resultado que repitió en cuatro de las cinco presentaciones.
Gimnasia no venía bien, pero el triunfo de ayer ante Patronato también lo hizo llegar a siete puntos y le descontó distancia a Newell’s. Justamente Patronato es el peor del torneo. Apenas suma un empate y ayer renunció su entrenador Juan Pablo Pumpido.
San Martín, el rival que todos tienen como referencia del límite entre descender o zafar, suma cinco puntos, aunque se pegó un buen porrazo ante River este fin de semana,
Otro que inició a los tumbos como Newell’s es Lanús. Y no siquiera el cambio de entrenador le pudo cambiar la cara. Ayer cayó ante Racing y todavía no pudo ganar en Superliga. Igual que San Martín de Tucumán, que en su regreso a primera tampoco pudo sumar de a tres.
Desempolvar la calculadora es un hecho en el Parque. Y el sufrimiento se va a instalar en cada partido. Los hinchas ya empiezan a ver el fixture de los rivales directos, y aparecerán las cábalas, las mufadas y todo tipo de creencia para ayudar a Newell’s a retomar la calma.
Del otro lado, dentro de la cancha, De Felippe deberá trabajar para que el equipo muestre la misma actitud que en el cotejo ante Belgrano, pero será necesario mejorar la efectividad. Hará falta poner a Formica rápido en su mejor versión; si Leal no levanta Oviedo debe ser opción (para eso vino); si no habrá que apostar por los pibes. Ganar deberá ser una costumbre y no algo esporádico. Porque los números todavía soportan el temporal, pero si la campaña no mejora, el panorama se va a oscurecer y la tormenta se puede llevar puesto a más de uno.