Tras el ascenso a primera división en 1995, el ya desaparecido Nelson Pedro Chabay no viajó a Jujuy para el debut porque el plantel no pudo entrenar con las pelotas con las que arrancaría el campeonato de primera división, hoy 25 años después llegaron a Santa Fe los Gps que hace un año Eduardo Dominguez le pidió a José Néstor Vignatti en medio de una desgastada relación que terminó con su renuncia.
Así el sabalero se suma al resto de los equipos que disponen de esta tecnología usada en la alta competencia deportiva.
Por eso la entidad del barrio Centenario ya cuenta con el dispositivo de GPS, que le permitirá a Pablo Lavallén sacar conclusiones de sus pupilos, e incluso poder prevenir lesiones, algo que estuvo a la orden del día en el primer semestre del año.
Al final de cada partido, cuando se despojan de sus camisetas, se puede apreciar a muchos futbolistas con un chaleco, tipo top, en el que se incrusta el GPS, del tamaño de una batería de móvil, generalmente en la espalda. Gracias a él se puede saber la distancia recorrida, la velocidad, las aceleraciones, los impactos, los tiempos de recuperación.
Incluso, los preparadores físicos y los médicos pueden controlar la información del GPS en tiempo real, durante un entrenamiento, o volcarla posteriormente en un ordenador para analizar e interpretar los datos.
De acuerdo a lo consignado en sus redes sociales, el material también estará al servicio del fútbol amateur. Algo que también tiene su importante costo pero era necesaria la inversión para crecer y adaptarse a las necesidades que requiere el deporte de la alta competencia.