La selección de Gareca venció por 3-0 a la bicampeona de América y jugará en Maracaná la tercera final de su historia.
Perú lo volvió a hacer. Después de sufrir frente a la poderosa Uruguay para derrotarla en la ruleta de los penaltis, el equipo de Ricardo Gareca mandó a la lona a la bicampeona de América. Perú jugó un partido inteligente y goleó a Chile en Porto Alegre (3-0). La selección inca jugará la tercera final de su historia, el domingo ante Brasil en Maracaná. Tiene un antecedente de lujo, sus otros dos partidos decisivos los ganó. Eso sí, hay que rebobinar mucha cinta. Conquistó la Copa en 1939 y en 1975. Chile, por su parte, se enfrentará a Argentina el sábado en Sao Paulo en busca de la medalla de bronce.
Chile:
Gabriel Arias, Guillermo Maripán (Castillo, min. 88), Beausejour, Medel, Isla, Vidal, Aránguiz, Erick Pulgar, Vargas, Alexis y Fuenzalida (Angelo Sagal, min. 45).
Perú:
Pedro Gallese, Luis Advincula, Miguel Trauco, Luis Abram, Zambrano, Christian Cueva (Ballón, min. 79), Edison Flores (Christofer Gonzalez, min. 49), Yoshimar Yotún, Renato Tapia, André Carrillo (Andy Polo, min. 70) y Guerrero.
Goles
0-1 min. 20: Edison Flores . 0-2 min. 37: Yoshimar Yotún . 0-3 min. 90: Guerrero .
Árbitro
Erick Pulgar (min. 73), Luis Advincula (min. 71) y Angelo Sagal (min. 85).
Estadio:Grêmio Arena
Sin la mística ni el pedigrí de la rivalidad del Río de la Plata, entre Uruguay y Argentina, por supuesto sin la repercusión mundial del duelo entre la Albiceleste y la Canarinha, el clásico del Pacífico guarda historias de chamanes, pintadas y autobuses destrozados. Y un aditivo extra: en Chile especulan que peruanos y colombianos pactaron el empate en las últimas eliminatorias para el Mundial, un resultado que dejó fuera de Rusia a la Roja. En el estadio Nacional de Lima un grupo de chamanes se convocaron para realizar “el rito de florecimiento” y así contrarrestar el que ya le habían consumado sus homólogos chilenos. Menos peligroso, en cualquier caso, que cuando en 1998 la hinchada de la Roja recibió a piedrazos el autocar de Perú, vandalismo al que se sumó la afición de la selección inca en 2002. De la agresión a la burla, los jugadores chilenos dejaron un mensaje en el vestuario de Lima en 2018: “Por aquí pasó el campeón de América”.
El pasado reciente revitalizó el duelo entre Chile y Perú, dos selecciones que buscan redefinir su historia en Sudamérica. La Roja llegó a Porto Alegre en busca de su tercera final de América consecutiva, mientras que Perú, que desde que Gareca se sentó en el banquillo anda revitalizada, quería volver a la final después de 44 años. La selección inca, de arranque, se plantó mejor en el campo. Tranquila, como si la presión por llegar a Maracaná fuese solo para Chile, Perú movía el balón con pausa para que el ritmo lo pusiera Advíncula. Tiene un delantero mayúsculo el equipo de Gareca como Paolo Guerrero, capaz de proteger cualquier balón, inteligente para asociarse con Flores, Yotún y Cueva.
No estaba cómodo Chile. Pulgar intentaba guardar la calma en un mediocampo que sucumbía frente a la organizada presión peruana. Avisó Cueva, contestó rápido Chile con la profundidad de Beausejour, hasta que Flores sacó un zurdazo fuerte, tras un saque de esquina para desestabilizar a la Roja: 1-0. Chile no estaba ordenado ni en ataque ni en defensa, cada contragolpe de Perú era un dolor de cabeza para el portero Arias. Y fue, justamente, el guardameta el que se equivocó en una salida para que Perú cantara el segundo gol del partido. Carrillo aprovechó la pifia del arquero de Racing y le entregó el balón a Yotún, que mandó el balón a la red.
No parecía asustarle el marcador a Perú. Aguantó las embestidas de Chile, como cuando Vargas mandó un testarazo al palo y como cuando Gallese se lució ante Beausejour, para después controlar el juego, esta vez sin el balón. Y, cuando Chile estaba desesperado en ataque, Guerrero tuvo su premio. El delantero, que había jugado para todos, jugó para él. Recibió el balón en la puerta del área, regateó a Arias y firmó el 3-0. Definitivamente, no era la noche de Chile en Porto Alegre. Ni desde los 12 pasos pudo acertar. Vargas intentó engañar a Gallese con un penalti a lo Panenka, intención que adivinó el portero peruano. El clásico de América fue para Brasil; el del Pacífico, para Perú. El equipo de Gareca ya sorprendió a Uruguay y Chile, ahora buscará la hazaña ante la Canarinha en Maracaná.