El técnico sabalero definió cual es el principal objetivo, aunque sacó pecho por la participación de Colón en la competencia internacional.
Por primera vez en el año Colón hilvanó dos victorias consecutivas y lo hizo en un momento decisivo, ya que esos triunfos ante el Zulia y Gimnasia de La Plata le permitieron clasificar a las semifinales de la Copa Sudamericana y a escapar de la zona del descenso en la Superliga.
De allí cierta tranquilidad por el presente, luego de días turbulentos en los que se puso en duda la continuidad del técnico Pablo Lavallén después de la derrota frente a Huracán. Estas dos victorias le dieron aire al cuerpo técnico y ahora el principal objetivo es el cotejo del próximo sábado ante Independiente.
En diálogo con la radio Club Octubre 94.7 el entrenador sabalero habló sobre el principal objetivo para este temporada, pero también se refirió al sueño de la Sudamericana, al rendimiento del equipo y los insultos de algunos plateistas en el final del partido con el Lobo.
«Cuando llegan los resultados hay un factor importante que es la confianza, los jugadores comienzan a creer y eso se reflejó en los partidos con River de Uruguay, con Argentinos, con Zulia y Gimnasia en donde estábamos en desventaja.Era un plantel muy castigado por el carácter y eso en los últimos partidos se revirtió. De todos modos estamos en construcción, llegaron refuerzos sobre el cierre del libro de pases, se están conociendo y es una situación en donde hay que crecer de a poco», comenzó diciendo.
Para luego agregar «Tenemos el ojo puesto en la tabla de los promedios, un contexto que nosotros heredamos y hay que tratar de revertirlo. Pero estamos a una fase de quedar como el mejor equipo de Colón en la historia, o el que mas lejos llegó en una Copa y ni hablar si la ganamos. Y por otro lado vivimos una situación incomoda que hay que sacarla adelante a cómo de lugar».
En otro tramo de la charla el DT expresó: «Nos falta consolidar el juego, pero el plantel está mucho mejor en lo físico que era una carencia que tenía. Hoy con el gps lo podemos comprobar, el equipo corre mucho más y los jugadores descansan menos. Un ejemplo de ello es que nosotros ya jugamos siete partidos cuando por ejemplo Gimnasia disputó tres. Por lo cual hay que administrar un montón de cosas, nos falta ese toquecito de confianza pero los resultados lentamente comienzan a aparecer y eso ayudará a desarrollar la idea que tenemos. Es parte de un proceso y no existen las cosas mágicas».
Consultado por el final del partido con Gimnasia en donde hubo insultos entre algunos plateístas y parte del cuerpo técnico, respondió: «Yo la verdad lo minimizo, porque la gente está tan tensionada como nosotros. Quiere que el equipo gane y salga de esa zona incómoda. Encima vivimos en un país convulsionado en lo social y el fútbol es pasión. Por lo cual esa combinación es un cóctel explosivo. Siempre hay cinco o 10 personas que llevan esa carga y la sueltan en contra del club o de los jugadores y el técnico. Pero me quedo con los 15.000 o 20.000 hinchas que alentaron hasta el minuto 94 y que festejaron y se fueron felices a su casa. Nosotros trabajamos para ganar y progresar y soñar con ganar una Copa y quedarnos en Primera».
Y siguió: «Yo estoy bien, mi trabajo es darles confianza a los jugadores, mejorar el equipo y que los futbolistas se puedan sentir cómodos con una idea y sostenerla en el tiempo. Después lo que se diga es externo y yo no lo puedo manejar ni tampoco desenfocarme de mi objetivo. Sobre los rumores o lo que se dice, yo no puedo hacer nada. Lo único que yo puedo cambiar es tratar de mejorar al equipo y en eso hago foco».
Sobre los vaivenes que muestra el equipo de una competencia a otra dijo «Uno tiene la certeza de que el equipo puede jugar bien porque ya lo hizo, debemos intentar que se prolongue. Es muy difícil abstraerse de la tabla cuando salís a jugar y saber que si perdés amaneces en la zona mas baja de los promedios. La tensión te juega una mala pasada, pero cuando te ponés el chip de la Sudamericana y estás entre los cuatro mejores y a tres partidos de ser campeón, la motivación es otra. Tenemos que contratar un psicólogo (risas)».