El delantero de Colón está cerca de una nueva final de Sudamericana. En charla con AS, habla del presente, de Independiente Santa Fe y de la ilusión de una convocatoria.
Con anotaciones trascendentales y numerosas, en 2015 le dio a Independiente Santa Fe su primera gloria continental y escribió su nombre en los registros estadísticos de las copas internacionales y en el corazón de los hinchas cardenales. Hoy parece escribir nuevamente esa misma historia en el Club Atlético Colón, de la ciudad argentina de Santa Fe (¿coincidencia?): ha marcado ocho goles vistiendo la rojinegra, tres de ellos en Copa Sudamericana, y está por disputar otra final de este certamen, del que ya es uno de los máximos goleadores históricos. De ganarla, sería también el primer título internacional del club.
Siempre que marcó, fue victoria para Colón. Los hinchas sabaleros lo aman, le agradecen y hasta le prometen retomar la creencia en Dios con cada alegría que él les da en el campo de juego. Con sus goles, Morelo está renovando la fe de los seguidores del litoral gaucho, está jugando un partido que trasciende los muros de los estadios.
La Fiera recibió en exclusiva a AS Colombia en la concentración posterior al partido con Atlético Mineiro (luego de un viaje de 7 horas por tierra), para hablar de su presente, de los altibajos de los últimos meses, de su relación especial con la Copa Sudamericana, del equipo de sus amores en Colombia, de su futuro y, obviamente, de su gran mentor: Dios.
¿Cómo han sido estos meses en Argentina?
«El comienzo no fue nada fácil, venía de otra clase de fútbol en Colombia, aquí el fútbol se vive con más pasión, así como la gente lo vive, en la cancha también se vive con más intensidad. A todo jugador le lleva algunos meses para adaptarse, para conocer una liga, conocer los equipos, las defensas… Creo que eso me pasó y ya que me adapté, darle gracias a Dios que he tenido el respaldo de Él, que pudo cambiar toda la situación que en su momento no fue fácil. Ahora estamos muy felices por el presente que estoy viviendo en lo personal, por lo que Colón está viviendo la gente de Santa Fe me ha demostrado ese lindo cariño. Yo trato de devolverles eso con entrega en la cancha, con goles, buenas actuaciones y creo que ha sido algo muy bonito, una experiencia muy linda para mí y mi familia acá en Argentina».
¿Cómo vivió la salida de Julio Comesaña, que fue el entrenador que lo trajo a Argentina?
«No fue fácil, pero yo siempre he sido un hombre de mucha fe y sé que si Dios me había traído a Argentina había sido con un propósito, independientemente de las circunstancias y de quién me había traído. No fue fácil porque yo había renovado por 3 años con Santa Fe, estaba muy cómodo, es una institución donde me quieren y que yo también quiero mucho. No tenía pensado en su momento salir, había rechazado antes de firmar con Santa Fe una oferta de Brasil por querer quedarme en Bogotá, pero son los propósitos de Dios. Cuando se da la oportunidad de venir con Comesaña, se dieron todas las cosas, y a la cuarta o quinta fecha se va. Era un entrenador que me conoce, que quería que yo formara parte de esa plantilla y que fuera una pieza fundamental en su equipo, pero él se va y no es fácil ni para (Andrés) Cadavid ni para (Guillermo) Celis ni mi persona. Después de que él se fue duré muchas fechas sin jugar, pero de a poco Dios me fue dando un lugar en el equipo y ahora estoy muy feliz porque comencé a jugar y a marcar goles. Ahí está la mano poderosa de Dios de una forma increíble mostrándonos y diciéndonos que como hijos de Él nunca vamos a estar solos».
Este presente que tiene con Colón es la continuidad de una historia que tiene con las Copas internacionales. Goleador histórico de Copa Sudamericana, primer colombiano en marcar 10 goles o más en ese torneo. ¿Cómo se procesa todo ese presente?
«Yo creo que Dios me ha dado un trato muy especial, me ha consentido y me ha mimado mucho en estos torneos internacionales porque siempre que juego estas copas, siento que todo fluye, y ahí puedo ver la presencia de Dios. Sí había leído ese dato, no sabía, me vine a enterar hoy cuando venía en el bus, que era el colombiano con más goles en la Sudamericana y el jugador con más minutos en esta Copa. Muy contento y hay que tomar las cosas con mucha humildad, con mucha sabiduría, el saber que Dios es quien me está dando esta oportunidad de poder vivir lo que estoy viviendo. Cada día oramos y le pedimos al Señor que nos permita regalarle una copa de estas tan importante a Colón, todos los hinchas sabaleros y todo Santa Fe están con esa ilusión, al igual que nosotros los jugadores. Esperemos que Dios nos pueda dar ese privilegio de levantar otra copa, y más fuera de nuestro país, con una hinchada que ha sido sufrida por muchísimo tiempo. Creo que estamos a punto de hacer cosas grandes y quedar en la historia de esta institución».
¿Cómo ve la situación de Independiente Santa Fe en este momento?
«Gracias a Dios el equipo ha venido repuntando. Desde mi salida para acá fue muy difícil, pero yo creo que la tormenta no dura toda la vida. Cuando comienza a llover, en algún momento escampa, y esperemos que ya haya escampado ahí. Tenemos fe, vienen con unas victorias al hilo, al equipo se le ve un mejor juego, una mejor cara. A Santa Fe, decirle que soy un hincha más, desde Argentina les hago mucha fuerza, incluso me quedo sorprendido porque muchos hinchas de Santa Fe siguen ahora a Colón y le hacen fuerza porque yo estoy acá. Eso para mí es muy grato porque quiere decir que se hicieron las cosas bien, que hay un cariño muy especial del hincha de Santa Fe y eso es de la misma manera. Ellos saben cuánto los llevo en mi corazón y esperemos que Santa Fe esté en los puestos de arriba peleando títulos, que es donde se merece siempre estar».
¿Cómo se dio su salida de Santa Fe?
«La salida fue porque hubo un interés de Colón. Primero el interés fue de Comesaña, que me quería traer a Argentina. Después él le dice a la gente de Colón que quería contar conmigo. El club se puso en una negociación con los directivos de Santa Fe y se pudo llegar a un acuerdo y estamos acá. No era fácil, pero fue un propósito de Dios en todo esto y espero algún día regresar a Santa Fe».
¿Se ve regresando a jugar en Santa Fe?
«Sí, claro, yo lo he manifestado por las redes, en entrevistas, con amigos y en mi familia, que quisiera poder terminar mi carrera en Santa Fe, pero terminarla de buena forma, no ir cuando ya uno quizás no le puede aportar. Quiero llegar algún día nuevamente a la institución y aportar esa fe en el equipo, experiencia, goles, y ser importante en el equipo. Esperemos que se haga la voluntad de Dios y que sea en el tiempo perfecto de Él, pero obviamente, cómo no voy a querer volver a Santa Fe, es una institución que me ha dado tantas cosas en lo personal a mí y a mi familia».
¿Qué cree que pudo haber generado la situación complicada del equipo? ¿Qué pasó para terminar en ese momento de crisis tan fuerte?
«A veces son cosas que uno no se explica, porque yo veía la nómina de Santa Fe y la comparaba y no teníamos una nómina mala. Quizás había dos o tres equipos grandes con una mejor plantilla, pero Santa Fe tenía muchísima más nómina que 10 o 12 equipos más. En el fútbol a veces uno no sabe cómo explicar las cosas, pero lo más importante es que en este momento andan bien. Lo que pasa es que cuando un equipo lleva mucho tiempo sin ganar, todo el mundo entra en desconfianza y no es fácil jugar en un equipo grande cuando los resultados no se dan, cuando tienes esa presión de que hay que ganar. Fue muy dura esa etapa, pero ahora los hinchas estamos contentos porque el equipo ha repuntado de la mejor forma y por qué no, que Dios nos haga el milagrito de que el equipo siga ganando y se pueda meter en la final».
¿Después del retiro se ve como DT, o seguiría dentro del mundo del fútbol?
«Yo lo he manifestado a las personas más cercanas a mí que después de mi retiro me quiero alejar, no quiero dirigir ni estar metido de lleno con el fútbol. De pronto por los laditos, tal vez ayudando, porque a mí me ayudaron a ir a un club, a mostrarme… Más como un intermediario para poder ayudar a algún muchacho con talento, con ganas, con capacidades, por los contactos que uno ha hecho al estar en muchos clubes, de pronto devolver eso que un día me dieron a mí, pero hablar como técnico o metido en el fútbol como tal, no es lo que quiero después para mi vida. Quiero, más que todo, dedicarle tiempo a mi familia, a mi gente, y poder sacarme esta presión del fútbol que en todo tiempo no descansa. Es un estrés que se maneja a un nivel muy rápido y que después de mi retiro no lo quisiera para mi vida».
La Fe de Morelo
¿Cómo se equilibra la fe con lo que implica el mundo del fútbol?
«La Palabra de Dios dice que de la abundancia del corazón habla la boca, entonces lo que yo hablo es porque realmente lo vivo en una relación personal e íntima con Dios. La gente habla de iglesia y de religiones, y realmente la religión fue inventada por el ser humano. Dios es uno solo y no es religión; al contrario, Dios aborrece la religiosidad. Cuando Él habla de Iglesia, está hablando de nosotros, que somos la iglesia del Señor, el templo del Espíritu Santo. Lo que trato es de vivir a Dios, de tener una relación personal con él todos los días, desde que me levanto hasta que me acuesto, y yo creo que esa relación con Él es la que me ha llevado a mí a poder estar donde estoy porque la palabra de Dios dice que lo que nosotros hacemos en secreto él nos lo recompensa en público y que Él nunca nos va a dejar en vergüenza. La gente a veces piensa que Dios está muy lejos y no, Él está en el día a día, en lo mínimo que tú haces y está interesado en todo. A mucha gente le escucho que «Dios no se mete en el fútbol, que los otros también oran para ganar», y sí, Dios está en todo lugar, pero no se manifiesta en todo lugar, Él se manifiesta dónde quieren que se manifieste, donde lo buscan, donde le abren en corazón y quieren una relación personal con Él. Es muy difícil que las personas sigan a alguien cuando no lo conocen. Yo sigo a Dios y a Jesús porque realmente lo conozco, sé quién es, y de Él vienen todos los goles que puedo hacer, todo lo que pasa en mi carrera se lo debo a Él».
¿Cómo vive las repercusiones que tiene su fe en el mundo del fútbol? Hay hinchas sabaleros que hacen promesas de volver a la iglesia cada vez que hace un gol.
«Por cada equipo que he pasado, Dios ha dejado sembrado eso ahí, porque lo que está pasando ahora en Santa Fe, es algo muy lindo que la gente pueda volver a creer, volver a soñar. Después del partido (contra Atlético Mineiro) se me arrimó una muchacha como de 32 años y con lágrimas en sus ojos me dijo «por vos volví a creer». Más que un gol, eso es lo que me llena el corazón; más que ver como corean mi nombre, creo que eso es lo más lindo que puedo recibir porque sé que Dios está obrando y está haciendo cosas grandes en la vida de las personas a través de mi vida. Creo que ese es un testimonio muy grande donde la gente se ha involucrado también y a eso es que estamos llamados los hijos de Dios, a exaltar y que la gente a través de nuestro estilo de vida se puedan interesar por Dios, porque a veces la religiosidad te lleva a que la gente se aparte, pero cuando vives con frescura una vida con Cristo sin misterios, la gente puede ver cuando Dios realmente está obrando en la vida de una persona. Cuando la gente ve que una persona es tocada por Dios y que es diferente, ellos también van a anhelar y van a querer eso diferente, que van a saber que no es natural sino que viene de arriba».
¿En ese sentido de la fe los jugadores argentinos son diferentes a los colombianos?
«Sí, el jugador de acá es más frío, es más duro, pero con todo eso hay compañeros que se me han acercado, me han preguntado, están interesados y yo creo que es lo que Dios ha querido también con mi venida al fútbol argentino, que la gente a través de mi vida pueda conocer a Cristo, saber que es real, saber que hay poder allí, que está cerca, que nos quiere amar y que realmente Él murió en la cruz por nuestros pecados. Yo siempre le digo a la gente que Jesús no murió porque quiso morir sino por un propósito que era darnos salvación. Yo no le he pedido a Él venir aquí a hacer eso, fue su voluntad y que se siga haciendo la voluntad de Dios que es buena, es agradable y es perfecta».
Sigue figurando con goles a nivel internacional, como llamando la atención de Queiroz… ¿Cómo ve ese proceso que está llevando la Selección? ¿Ve la posibilidad de un próximo llamado?
«Obviamente, yo como jugador y como colombiano quiero estar en la selección. Yo he hablado con Dios y le he dicho que el día que yo vaya a la selección, no quiero ir por llenar un requisito, ir por ir. Que el día que me dé la bendición de un llamado es porque realmente voy a ser importante, voy a aportar y voy a darle alegría a un país. Si eso se llega a dar de la mano de Dios, gloria a Él, y si no, gloria a Él. Yo pienso que hasta el día de hoy ha sido bueno y realmente el anhelo está, pero quiero que todo sea en el tiempo de Dios. Si se da, bien recibido, voy a ser el más feliz; y si no se da, no tengo nada para reprochar sino siempre hacerle fuerza a mi selección».
¿Qué mensaje tiene para los hinchas de Independiente Santa Fe?
«La hinchada de Santa Fe es una hinchada muy especial, ellos saben que quizás no somos la mayoría en Colombia, pero sí somos la más fiel. Lo que hicieron antes del clásico, como nos unimos todos y pudimos mandar un mensaje de apoyo a los jugadores, cuerpo técnico, directivos, como apoyó la gente, como fueron al hotel, que en vez de ir a criticar o a insultar a los jugadores, fueron con pancartas llenas de apoyo. Yo veía gente de otros equipos hablando sobre «qué bonito es ser hincha de Santa Fe», «qué bonita esa hinchada», y después en el partido con Millonarios se vio reflejada esa unión que tuvo el equipo. Es muy fácil estar unido cuando todo está bien, lo difícil es unir fuerzas y tirar todos para el mismo lado cuando el equipo viene mal; y si te das cuenta, desde ahí en adelante el equipo empezó a ganar. Decirles que soy un hincha más, que los llevo en el corazón, que no somos la hinchada más grande de Colombia, pero que sí somos la hinchada con más fe».