El defensor manifestó su postura irrevocable respecto a su ida del club y además reconoció el enojo de José Vignatti y el atraso en el tema sueldos y premios.
Guillermo Ortiz no jugará más en Colón, el defensor y referente ya se lo comunicó al presidente José Vignatti, al entrenador Diego Osella y al secretario técnico Francisco Ferraro. Su decisión es irrevocable y por ello si bien continúa en el plantel, trabaja de manera diferenciada.
El marcador central dialogó con Radio Gol 96.7 y mostró una postura muy clara, pero además reconociendo las diferencias con la dirigencia y el atraso en el tema sueldo y premios.
«Se lo manifesté al presidente (José Vignatti) antes de comenzar la pretemporada y a Diego (Osella) se los dije el primer día de entrenamiento. Mi postura fue pedirle cambiar de aire para tener nuevos objetivos y me agradecieron la sinceridad de hacerlo el primer día. Pero estoy muy tranquilo con la decisión que tomé», comenzó explicando.
«Es un cierre de ciclo, son tres años y medio, cuando llegué había que salvarse del descenso, después llegó un lindo camino con Eduardo (Domínguez) clasificando y jugando Copas. Pero cuando van pasando los años uno hace un balance, pasé por todo en Colón, me consolidé y soy un agradecido a Colón, pero necesito cambiar de aire y objetivos, como así también la gente necesita una renovación», manifestó.
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En otro tramo de la charla siguió explicando su postura «La decisión que tomé me da tranquilidad, primero llame a José (Vignatti) y me dijo porque tomé esa decisión y que el club hizo una inversión importante. A Diego (Osella) se lo comenté el primer día, me entendió y se lo quise hacer saber por si tenían que buscar otro central. Las cosas fueron claras desde un principio, Colón es exigente y eso es bueno, pero también hay un desgaste y como respeto al club sería desleal seguir, las cosas pasan por algo y el crecimiento personal es importante», sentenció.
Y detalló el día a día «No tengo nada que esconder, los dirigentes tienen su perspectiva y yo la mía y todas son respetables. Estoy haciendo parte física, pero no con pelota, y así seguiremos hasta que se le encuentre una salida. Hablé con el grupo para que entiendan que estaba trabajando de otra manera, sería injusto estar entrenando a la par de ellos con la cabeza en mi salida, para no estorbar solo hago la parte física».
Consultado por la posibilidad de que no pueda irse, respondió: «Sé que puede pasar pero tome una decisión determinante, se lo comenté a Diego (Osella), tuve una charla importante de varios minutos, si no prospera mi salida, no estaré en la consideración del entrenador. No tengo miedo de quedar colgado, cuando uno juega necesita motivación, quiero salir de la mejor manera, todos nos merecemos que me vaya bien y no es ningún temor. Tomé la decisión y estoy tranquilo».
A la hora de referirse a la manera en que Vignatti tomó esta decisión dijo: «Lo tomó de una manera que era sabido, se enojó por que no estaba en sus planes. Pero después habló con todos las partes. Al no estar tan involucrado en el fútbol, si en lo que es el club, le cuesta entrar en razón. Lo tomó de mala manera, pero con el correr de los días lo irá entendiendo».
Respecto al partido con Aldosivi manifestó: «Fue un partido muy raro, sabíamos que el entrenador ya había renunciado y nos quedó la bronca de no despedir a Pablo (Lavallén) con un triunfo, fue un factor anímico determinante. Esa semana pasaron otras cosas, nos afectó muchísimo saber que el técnico se iba».
«Lo mío es muy personal, hace tres años y medio que estoy, pasando por muchísimas cosas, pero es una decisión muy pensada. Estuvimos muy cerca de la gloria, pero esto va más allá. No puedo hablar de mis compañeros, pero nosotros somos humanos y tenemos una vida además del fútbol», tiró.
Ya en el tramo final de la nota se refirió a la situación económica y al día con los dirigentes «No estamos al día, nos deben sueldo y premios y esa situación te desgasta, nos pagan por jugar a la pelota y no por discutir los sueldos. Son gages del oficio y de la profesión, pero te desenfocan de tu trabajo. Cuando Pablo (Lavallén) se fue me dijo «ahora te entiendo Guille». Yo nunca voy a hacer nada para traicionar al club, pero interpretó el desgaste que yo tenía por tanto tiempo en el club».
Y finalizó: » Hay que acercarse a los grandes objetivos, pero esto va de la mano de los jugadores y de los dirigentes, es simple no hay misterios, si los objetivos no están claros, es difícil. Con Eduardo (Domínguez) las cosas estaban muy claras, nadie se metía en el trabajo de otro».