Unión empezará 2020 con varias apuestas y muchos interrogantes ante un éxodo masivo de jugadores importantes.
El 6 de abril de 2019, Unión disputó su último partido de la temporada 2018-19 de la Superliga. Aquella vez, los rojiblancos recibían a Estudiantes de La Plata y con una unidad aseguraban por segundo año consecutivo el pasaporte a la Copa Sudamericana.
Leonardo Madelón puso en campo a Nereo Fernández; Damián Martínez, Yeimar Gómez Andrade, Jonathan Bottinelli, Bruno Pittón; Diego Zabala, Nelson Acevedo, Mauro Pittón; Franco Fragapane; Franco Troyansky y Nicolás Mazzola.
A menos de 10 meses de ese cotejo, los rojiblancos se preparan para afrontar un primer semestre muy difícil con apenas tres jugadores de esa alineación inicial y una sangría alarmante, fundamentalmente en estos últimos días.
De los que se fueron o los que se tomó la decisión de no extender el vínculo (léase Nereo Fernández), a los que llegaron, está claro que Madelón perdió jerarquía y los negocios estuvieron por debajo de las expectativas.
El golero no renovó y partió a Rafaela. Los hermanos Pittón fueron vendidos a San Lorenzo, Zabala emigró a Rosario Central junto a Britez, que venía de Independiente pero sin lugar en el equipo.
Franco Fragapane dejó terminar su contrato y Unión no recibió nada después de potenciar a un jugador que llegó sin rodaje, sin protagonismo y fichó en Talleres siendo goleador del equipo.
Las últimas partidas están a solamente horas o días de darse (Martínez y Yeimar Gómez Andrade) luego de la salida de Nelson Acevedo. De esos tres apellidos que sobreviven hay que recordar también que la determinación inicial era desprenderse de Bottinelli.
Al no haber alternativas en el mercado, entre Madelón, la dirigencia y el jugador decidieron renovar el contrato para que el zaguero continúe en Santa Fe. Y con altos y bajos, nunca ni Troyansky ni Mazzola tuvieron la regularidad suficiente por distintos motivos.
El caso del delantero rionegrino es especial, porque a los ojos de la gente la banca es mayor al resto, al anotar el primer gol internacional en la Sudamericana y marcarle a Colón en el último Clásico de octubre de 2019.
Es bueno consignar que en este primer mes quedarán resueltas dos cuestiones vitales para Unión: su avance o quedarse otra vez afuera en primera ronda de su segunda experiencia internacional. Y por otro lado, su futuro en 18 partidos para determinar si se gana alguna posibilidad de competir fuera del país.
En los números los rojiblancos no están tan lejos. Pero las incógnitas de desprenderse de jugadores con recorrido en la era Madelón, se van a disipar cuando la pelota comience a rodar. Y allí, el propio entrenador sabrá si realmente se amoldan rápidamente Elizari, Cabrera, Assis, Cañete y Luna Diale.
Tal vez el tiempo se encargue de ratificar o rectificar un diagnóstico preocupante. O el propio entrenador en la práctica sepulte rumores, murmullos, enojos y expresiones en contra que tienen los seguidores ante la descapitalización continúa y reciente de su plantel profesional.