Muchos se preguntan qué pasaba con el jugador que, pese al arribo de Osella, no cambió su situación. Tuvo chances de irse a Italia, pero no se dio y hoy no es tenido en cuenta.
¿Qué pasa con Tomás Sandoval?Es una pregunta que se hacen algunos hinchas de Colón en cada semestre. Pese a que mostró condiciones para tener más minutos en Primera, nunca fue tenido en cuenta. Después de pasar casi desapercibido durante el ciclo de Pablo Lavallén, se pensaba que con el arribo de Diego Osella podía meterse en la consideración e intentar ratificar el potencial que tiene. Sin embargo, la tónica se mantuvo y sigue varios escalones detrás.
Es así como este año tuvo una chance concreta para probar suerte en Mantova del ascenso italiano, a préstamo sin cargo y sin opción por seis meses. Era un hecho, pero de buenas a primeras siguió presentándose a los entrenamientos hasta que se cerró el libro de pases. Indefectiblemente se terminó quedando.
Al parecer, su traspaso no se concretó, porque antes debía renovar su contrato que concluye en junio de 2021. Más que nada, porque sino a mitad de 2020 podía empezar a escuchar propuestas y firmar un precontrato, tal como sucedió con Braian Galván, que se marcharía a Colorado Rapids, pese a las últimas gestiones de la dirigencia encabezada por el presidente José Vignatti.
Ante esto, la negociación se cayó y el jugador hoy estaría «colgado», para no decir directamente que no es considerado. El DT no se expresó al respecto, pero el indicio estaría más que claro. Ojo, esto puede cambiar en cualquier momento, ya que las partes pueden acercarse y llegar a nuevos acuerdos, pero como viene la mano esto por ahora no tendría una resolución.
El tema es que el atacante, de 20 años (30 marzo 1999) sigue perdiendo oportunidades y a medida que pasa el tiempo eso repercute en su carrera. Incluso a veces ni juega en reserva, que era el lugar donde marcaba diferencias y mantenía el ritmo. Lleva 24 partidos en el Rojinegro y marcó cuatro goles, pero el promedio es más alto si se saca en proporción a los minutos jugados, ya que en muchas oportunidades ingresó en los segundos tiempos.
Desde su irrupción a los 17 años (con gol incluido ante Olimpo), se pensaba que podía ser la gran apuesta a futuro. Con el uruguayo Paolo Montero se ganó la titularidad, pero luego con Eduardo Domínguez debió remarla un poco más.
Con Lavallén solo sobresale el cotejo ante Deportivo Municipal de Perú por la Copa Sudamericana, donde marcó dos tantos en el partido disputado en Santa Fe que sirvieron para liquidar la serie de primera fase. Después, poco y nada.
Es complejo saber por qué los entrenadores, al que también hay que sumar a Julio Comesaña –de efímero paso, siendo noticia más por lo que decía que por lo que hacía–, nunca lo pusieron o se la jugaron dándole oportunidades. En su momento el secretario deportivo Francisco Ferraro mencionó que le faltaba para estar en la élite y que lo mejor sería que encuentre minutos en otro lado para explotar y sí jugar en Colón.
Quizás hay factores internos que se desconocen, pero la realidad es que Colón siempre busca a un goleador y en las inferiores hay uno que promete y mucho, pero que nunca pudo afianzarse. ¿Cosas del destino o no necesariamente?