El club determinó finalmente no avanzar en el pedido de albergar visitantes y la meta pasará por disponer de la capacidad total del Brigadier López para intentar lograr la necesitada victoria.
La crisis deportiva de Colón lo tiene al borde del descenso y todos saben que la única forma de tener chances de pelearla hasta el final es ganando. Algo tan simple como complicado para este equipo, que solo sumó dos puntos en este 2020 y que hace siete que no puede sumar de a tres. Para colmo el poco margen que tenía se esfumó y no depende de sí mismo para quedarse en Primera.
Sin dudas, una situación apremiante que necesita imperiosamente de un triunfo para ganar confianza y transmitir algo de positivismos ante tanta negatividad.
Por eso el viernes tendrá un compromiso de fuste ante Boca, que vendrá a llevarse todo para no dejar en el bandeja el título a River. Pavada de condimento y que maximiza la cuestión. Pero también es cierto que dar el golpe de la fecha podría marcar un quiebre para la levantada, entonces ahí está la gran apuesta de este grupo que comanda Diego Osella, que por ahora no puede enderezar el rumbo.
No solo será clave lo que hagan los jugadores dentro del campo de juego sino también la gente desde las tribunas. Es complejo pedirle más a los hinchas, que siempre están y se bancan un montón de situaciones ingratas que llegan hasta la exasperación, pero así y todo apoya. Entonces se aboga para que copen el estadio Brigadier López.
En un primer momento, se pensó en iniciar gestiones para vender entradas visitantes, pero sabiendo el difícil escenario, se dio marcha atrás e impulsar la utilización de toda la capacidad del Cementerio de los Elefantes, que se amplió con la nueva bandeja en la cabecera sur. No se viene utilizando por los costos de seguridad y logística que demanda, pero la idea sería que en este caso haya total aforo.
En caso de ser así, ascendería a casi 38.000 almas. La capacidad es mayor, pero siempre hay que descontar algunos espacios de pulmón y custodia. Entonces se estarían intensificando charlas con los miembros de control para que esto sea posible y en pocas palabras, meterle presión aún más al Xeneize.
La gente también juega su partido y en este campeonato que Colón afronta para quedarse en Primera, es un esfuerzo más de jerarquía.