El plantel llevó adelante el trabajo de este jueves por la mañana en el Brigadier López producto de que no pudieron acondicionarse las canchas en Ciudad Fútbol.
Durante toda la semana, Colón trabajó como es de costumbre en el predio Ciudad Fútbol. Un lugar que le brinda tranquilidad y espacio para desarrollar lo necesario en un deporte profesional y de alta competencia. Sin embargo, hay cosas que suceden y sorprenden a más de uno. Más que nada, por tratarse de una institución con altos presupuestos y que quizás deja pasar detalles indispensables.
Este jueves por la mañana el plantel trasladó la práctica al estadio Brigadier López. Hasta ahí nada extraño, ya que suele ser algo normal para desplegar los planes a seguir en los partidos, aunque se debió porque las canchas del espacio ubicado en la Autopista Santa Fe-Rosario no estaban en condiciones. ¿Por qué? Se descompusieron las cortadoras de césped y por eso, ante la demora en los arreglos, se optó por modificar la logística.
Una desprolijidad que se suma a las tantas que se vienen sucediendo, como lo que pasó en la previa del cotejo pasado ante Boca en Santa Fe, donde los jugadores debieron llegar al escenario en sus autos particulares porque el colectivo que los iba a trasladar no llegó debido a un desperfecto mecánico. ¡Ojo! Son cosas que pasan todo el tiempo, pero no encontrar respuestas inmediatas es lo que llama la atención.
Después, están aquellos que mencionan que ante este presente, los jugadores no puede pretender ser «exquisitos» y quejarse, ya que los resultados y los rendimientos en el campo brillan por su ausencia, pero la realidad es no se corresponde tampoco con algo que debe ser, por lo menos, indispensable.
Una arista más que se suma al magro presente de un Colón que pelea por mantener la categoría. Cosas que no suman y que llaman a la reflexión absoluta.