Jugadores de las categorías más bajas del fútbol argentino en medio de la incertidumbre destacaron los acuerdos entre AFA y Agremiados para asistir a quienes se quedarán sin contrato después del 30 de junio.
Por Sebastián Fillol, Julio Martínez y Jerónimo Granero.
Jugadores de las categorías más bajas del fútbol argentino coincidieron hoy en pedir que, cuando se reanude el fútbol después de la pandemia de coronavirus, sea con «todos al mismo tiempo» y en medio de la incertidumbre destacaron los acuerdos entre AFA y Agremiados para asistir a quienes se quedarán sin contrato después del 30 de junio.
No obstante, ese beneficio no alcanza a la última divisional, la Primera D, que es íntegramente amateur. «Ya la conozco esta historia porque hace diez años juego en la categoría. Siempre estuvimos afuera, todas las decisiones se toman a partir de la Primera C. Nosotros quedamos afuera siempre», reclama Sebastián Ferrario, jugador de Deportivo Paraguayo, en diálogo con la Agencia de Noticias Télam.
«La D figura como un torneo amateur pero el que conoce sabe que no lo es. Estamos regidos por AFA, no es un campeonato de barrio, pero cuando tenemos que ser amparados es un torneo amateur y no tenemos sustento legal», agrega con frustración.
Apenas una categoría más arriba, en la Primera C, la situación es distinta ya que «se llegó a un acuerdo importante» para los jugadores que se quedan sin contrato a partir del próximo 30 de junio, según destaca Carlos Madeo, experimentado defensor de Cañuelas.
«Tuvimos una comunicación muy fluida con Futbolistas Argentinos Agremiados desde el primer momento que comenzó todo. Nos mantuvieron informados», cuenta Madeo, quien pasó por todas las categorías del fútbol argentino.
El acuerdo anunciado el 18 de junio por AFA y Agremiados contempla un fondo de asistencia hasta el 31 de diciembre, de acuerdo al básico de cada categoría, y cobertura de obra social para el jugador y su grupo familiar.
«Es un logro importante, más que nada para los jugadores del Ascenso por el solo hecho de no tener una fuente de trabajo hasta que se reactive todo», resalta Marcelo Benítez, mediocampista de Camioneros, equipo del torneo Federal A.
«Es una medida que no te deja desamparado», señala Andrés Camacho, defensor de Flandria, de la Primera B, que también avaló el accionar del gremio pero asume su preocupación por el futuro ya que es una «solución parcial».
«Está la incertidumbre de no saber qué será del sueldo siguiente, de mi futuro y no soy el único, en el Ascenso, el 80% pasa por lo mismo», agrega Camacho, quien con 27 años ya cumplió una década en el primer equipo de Jáuregui.
Luego de más cien días de receso, el regreso aún no tiene fecha prevista y en el Ascenso todavía desconocen como se adecuarán los protocolos de salud para las categorías más bajas, por lo que esperan que se mantenga el apoyo de los jugadores de Primera División.
«Será muy difícil llevar adelante una medida de protocolo para volver a los entrenamientos en los clubes de ascenso por la economía de las instituciones. Al comparar los ingresos con los equipos de Primera, el panorama es más complicado, pero confiamos en que cuando tengamos que volver se hará de la mejor manera y sin ningún riesgo para nadie», desea Madeo.
«El apoyo de los jugadores de Primera de no comenzar hasta que todos lo hagamos es muy importante. Ellos tienen la infraestructura para llevar a cabo los protocolos, pero en el Ascenso será más difícil», advierte Camacho, de Flandria.
«No sé cómo lo van a hacer los equipos de la D, si adaptarán el protocolo a la categoría, realmente no lo sé. Lo que tengo claro es que vamos a ir todos a jugar porque nos gusta el fútbol», resume Ferrario, de Deportivo Paraguayo, uno de los que la pandemia golpeó en las dos fuentes de ingreso.
«Tengo un gimnasio con mi hermano en (Luis) Guillón y no lo puedo abrir. Tengo mucha ayuda por parte de mi familia y la gente del barrio también me bancó con las clases que damos por Zoom. Ahora me alcanza solo para cubrir los gastos, por suerte es mío sino ya tendría que haber cerrado», cuenta Ferrario, quien luce en su foto de perfil el día que como jugador de Atlas enfrentó a River por Copa Argentina en 2017.
Tampoco está cobrando el viático ya que Deportivo Paraguayo está gerenciado y no cuenta con los recursos que AFA destina mensualmente a los clubes de la primera D.
«La estamos peleando pero el panorama es complicado. Los dirigentes de Paraguayo nos dijeron que no se iban a hacer cargo y el gerenciador se arregla por sus medios. Recién está empezando a pagar marzo», relata Ferrario, quien en abril publicó una carta junto a su compañero Julio Gauna para retratar la dura realidad de la categoría.
«Los dirigentes de Cañuelas reaccionaron de una buena manera. Desde julio del año pasado hasta el día de hoy no se atrasaron. Hay confianza y son solidarios. Hasta el último día de junio vamos a cobrar sin ningún descuento», contrasta Madeo, quien para complementar sus ingresos también manejaba un remís los fines de semana.
Benítez recalca el «esfuerzo grande» del club pero también se tuvo que «reinventar» ya que con su mujer vende pizzas desde su casa. «De a poco todo va saliendo. El fútbol no es la única salida. Tenemos dos brazos, dos piernas y tenemos salud, por eso podemos hacer lo que queramos», subraya.
«Yo no busqué otro trabajo porque, si bien se me termina el contrato el 30 de junio, de palabra tengo arreglada la continuidad. Conozco compañeros que están trabajando o ayudan al padre en su trabajo. Con lo difícil que es conseguir un trabajo con esta pandemia. Las fábricas no están tomando gente y en un local de comercio está muy difícil», asume Camacho.
Las realidades pueden variar para mejor o peor según las categorías o los clubes pero el pedido del ascenso es el mismo: «Volvamos todos al mismo tiempo».