La natación es uno de los deportes más castigados por la pandemia en Argentina. No solo es el ámbito que tiene que reforzar el protocolo, sino también lo que implica el funcionamiento de una pileta climatizada a esta altura del año en nuestra región, para pocos nadadores y con clubes en situación de crisis.
Sin embargo, la Confederación Argentina de Deportes Acuáticos ordenó el entrenamiento de sus olímpicos y de aquellos que estaban “casi en un 90 porciento cerca de la marca A”, indicó en representación de la entidad, el santafesino Raúl Araya.
Julia Sebastián clasificada también a Tokio en 100 y 200 pecho , representante en Río de Janeiro 2016, está en San Pablo en una situación de mucha precaución y la tercer clasificada Delfina Pignatello está en Buenos Aires en una piscina de 25 metros.
El resto de los nadadores, muy cercanos a clasificar se han distribuido de acuerdo a las posibilidades que fueron surgiendo. El sanjustino Gabriel Morelli se trasladó a la pileta de Provincial de Rosario, junto a Federico Grabich y Julia Arino.
“Mientras tanto la Federación Santafesina de Natación está realizando gestiones para habilitar una piscina en nuestra zona que sería la de Libertad de San Jerónimo Norte”, donde iría Romina Imwinkelried para prepararse en aguas abiertas”, indicó Araya.
En las disciplina de aguas abiertas hay dos plazas, una se definirá en repechaje donde será representante Cecilia Biagioli; mientras que Romina Imwinkelried y Julia Arino deberán definir la segunda.
“El resto de la actividad acuática de todo el país, por el momento no está habilitada, tampoco el Cenard y por el momento no tenemos señales que vaya a ocurrir”, informó Araya, vinculado a la actividad competitiva de los nadadores de la selección nacional.
“Se ha elaborado un protocolo para la natación presentado al Ministerio de Salud de la Nación y se ha trasladado a todas las federaciones para que se pueda gestionar con los gobiernos provinciales. Pero la mayor dificultad, más allá de las autorizaciones correspondientes, son los costos de mantenimiento para una pileta cubierta para muy pocos nadadores o actividad acuática es inviable, desde lo presupuestario y eso lleva a una situación angustiante para los clubes y nuestro deporte”, afirmó.