El ex futbolista recodó además que Maradona era «una piedra en el zapato» para la conducción de la FIFA, caso contrario se hubieran quedado con el título.
Por Christian Frigerio
Argentina había dejado en el camino al anfitrión en semifinales
Argentina había dejado en el camino al anfitrión en semifinales
El ex futbolista Juan Ernesto Simón, figura del seleccionado de la Argentina que fue subcampeón del mundo en Italia 1990, consideró hoy que ese equipo pagó en la definición que perdió con Alemania 1-0 «el precio de haber arruinado una final europea» y recodó además que el astro Diego Armando Maradona era «una piedra en el zapato» para la conducción de la FIFA, caso contrario se hubieran quedado con el título.
«En esa final se dio todo para que no fuéramos campeones. Un penal en contra que 30 años después me sigue dejando dudas, otro a favor no cobrado, un equipo que llegó diezmado por lesiones y suspensiones, estoy convencido que pagamos el precio de haber arruinado una final europea como quería la FIFA, y que Diego era una piedra en el zapato para ellos», recordó el ex marcador central en una entrevista que concedió a Télam.
Ese penal fue llamativo, no se puede cobrar una falta dudosa en ese momento y con la importancia que tenía el partido”
Simón, nacido en Rosario hace 60 años, jugó los siete partidos de Argentina en la Copa celebrada en Italia y recuerda con claridad el polémico penal en contra que cobró el árbitro mexicano Edgado Codesal a cinco minutos del final del partido ante Alemania, por una supuesta infracción de Roberto Sensini a Rudi Voller, que Andreas Brehme cambió por gol y así los alemames se llevaron el triunfo ajustado por 1-0.
«Ese penal fue llamativo, no se puede cobrar una falta dudosa en ese momento y con la importancia que tenía el partido. Hubo una infracción adentro del área de Mattheus contra Calderón clarísima en la que Codesal estaba parado a un metro de la jugada y dejó pasar, pero en la que nos cobró en contra estaba ubicado como a 25 metros, está claro que Argentina arruinó un gran negocio», enfatizó Simón, retirado en 1994 con la camiseta de Boca.
El ex futbolista inició su carrera en Newell’s y luego emigró a Francia para jugar en Mónaco y Racing de Estrasburgo, más tarde regresó al país para vestir la camiseta de Boca, donde alcanzó un nivel superlativo que le valió la citación al seleccionado que llegó a la final en Italia.
En ese Mundial, Argentina había dejado en el camino al anfitrión en semifinales y ese triunfo, en definición por penales tras igualar 1-1 al cabo de los 90 minutos, privó al mundo de una final europea entre italianos y alemanes.
Simón jugó los siete partidos de Argentina en la Copa celebrada en Italia
Simón jugó los siete partidos de Argentina en la Copa celebrada en Italia
«La historia podría haber sido otra si Argentina contaba con el plantel completo en la final. Llegamos con muchas bajas, con Ruggeri sentido y Diego con el tobillo maltrecho por todo lo que le habían pegado desde el partido inaugural ante Camerún», recordó Simón en la charla con Télam.
Argentina salió a jugar la final en al estadio Olímpico de Roma sin Claudio Caniggia, su delantero más importante y autor de los goles ante Brasil en octavos de final e Italia en semifinales, tampoco contó con Ricardo Giusti, Julio Olarticochea y Sergio Batista, los cuatro suspendidos, mientras que Maradona tenía el tobillo izquierdo inflamado por un esguince, Oscar Ruggeri arrastraba una pubalgia y Jorge Burruchaga estaba «con lo justo» por molestias musculares.
Además, sufrió la expulsión de Pedro Monzón (había reemplazado a Ruggeri) a los 20 minutos del segundo tiempo por una violenta falta contra Jurgen Klinsmann y el árbitro Codesal le cobró un penal en contra cuando restaban cinco minutos para el final que, 30 años después, sigue generando dudas en propios y extraños.
Debe ser la primera vez en la historia que en la Argentina se reconoce a un segundo, que se valora a un subcampeón”
«Debe ser la primera vez en la historia que en la Argentina se reconoce a un segundo, que se valora a un subcampeón. Sufrimos demasiados inconvenientes, todos juntos y en un solo mes, eso nos dio fortaleza para lograr algo épico que aún 30 años después se sigue reconociendo, valoro muchísimo que hayamos logrado algo así», analizó el ex marcador central, quien lucía una técnica depurada y velocidad inusual para el puesto.
El equipo argentino en el Mundial de Italia tenía en su plantel a siete campeones del mundo cuatro años antes, en México ’86, y por distintas razones sólo uno quedó en la cancha hasta el final del partido ante Alemania: Maradona.
Es que Nery Pumpido se quebró la pierna derecha en el segundo partido, ante Rusia, los mencionados Giusti, Batista y Olarticoechea estaban suspendidos tras la «semi» ante Italia, y Ruggeri junto a Burruchaga debieron ser reemplazados antes del pitazo final ante los alemanes.
«Los campeones del ’86 eran los líderes del equipo, los que tiraban del carro. Sentimos mucho esas ausencias en la final», recordó Simón.
El ex defensor indicó -por último- que ese equipo que perdura en el recuerdo y resiste el paso del tiempo logró cambiar una histórica frase del entrenador Carlos Bilardo: «el segundo es el peor de todos los perdedores, nadie se acuerda de él», machacaba el «Narigón».
«Bilardo nos habló cuando llegamos a semifinales, nos dijo que el objetivo estaba cumplido porque estábamos entre los cuatro mejores, pero que íbamos a ir por más. Creo que cambiamos ese pensamiento de Bilardo, porque 30 años después se nos sigue reconociendo», concluyó Simón.