La selección española se tomó la revancha de la goleada del último precedente en Buenos Aires, pasando por encima de la actual subcampeona del mundo, una Argentina que añoró a su líder Leo Messi, obligó a la Roja a pisar nuevos registros en los que desató su pegada con Isco magistral.
La última vez que España recibió a Argentina, para celebrar su centenario, lo hacía en pleno éxtasis camino de un Mundial que conquistó. Las sensaciones que deja un nuevo reencuentro invitan al optimismo, con una afición que rebosa ilusión orgullosa de su selección. Recuperado el ansia por ganar, en una racha sin fin invicta con Julen Lopetegui, cambia de registro según le exige el duelo sin perder eficacia. Y pasa por encima de rivales sea cual sea su nombre.