A pesar de mantenerse invicto de local, dejó cuatro puntos ante rivales que descendieron como Chacarita y Arsenal, y le empataron tres partidos en los que se había puesto arriba en el marcador (Belgrano, San Martín y Tigre). Puntos que hoy lo alejan de la posibilidad de jugar un torneo internacional
El Tate está cerrando una gran temporada, más allá que en la última fecha quedó fuera de los puestos de Copa Sudamericana. Leonardo Madelón regresó al club para intentar sacar al equipo de una situación muy difícil en cuanto al promedio del descenso y rápidamente lo consiguió.
Fue así que rápidamente cambió el objetivo, entonces el equipo que se afianzó en base a puntos en la máxima categoría y consolidó una idea futbolística dejó de pensar en la permanencia y le tomó el gusto de estar mezclado entre los primeros equipos de la tabla de posiciones. De hecho terminó la primera parte de la Superliga en el tercer lugar, en zona de Copa Libertadores.
En el receso, en función de darle un salto de calidad al plantel, se gestionó la incorporación de Rodrigo Gómez,un viejo anhelo de la dirigencia y de Madelón, que venía de no tener continuidad en Toluca de México. Se intentó sumar a Fabián Bordagaray, otro de los viejos deseos del DT pero finalmente decidió quedarse en Defensa y Justicia. Llegó entonces el paraguayo José Ariel Núñez, quien no pudo demostrar nada todavía con la rojiblanca.
Muchos de los jugadores de Unión entonces comenzaron a hablar de Copas, del sueño de terminar en puestos de Libertadores y de la posibilidad histórica para que el club juegue por primera vez un certamen internacional. Pero, más allá del mejor partido de la temporada que protagonizó frente a Racing en la reanudación del certamen, ya que lo derrotó por 2-1 en Santa Fe luego de arrancar perdiendo, los resultados comenzaron a darle la espalda al equipo, que de a poco fue abandonando posiciones.
Pero llegaron los triunfos ante Temperley y Banfield que renovaron la ilusión tatengue, aunque no se pudo extender la racha positiva y los cuatro partidos sin halagos lo sacaron incluso de los primeros 11 lugares, es decir de los equipos que se clasificarán para los certámenes Conmebol.
Es por eso que en la recta final ya no hay margen para el error, y el desafío parece mayúsculo debido a que enfrentará a equipos que se juegan mucho. Talleres, a quien recibirá el próximo lunes, buscará un triunfo para afirmarse en zona de Libertadores, mientras que luego irá a la Bombonera para enfrentar a Boca, que puede ser campeón o festejar ante el Tate el nuevo título.
En tanto que cerrará la Superliga ante Independiente que puede llegar a la última jornada con posibilidades de meterse entre los primeros cinco equipos.
Se pueden hacer un montón de especulaciones, pero cuando se mira hacia atrás y sobre todo a los partidos que disputó en Santa Fe se puede concluir que el equipo perdió muchos puntos ante rivales que a priori eran accesibles y que el desarrollo del certamen terminó de confirmar su escaso poder de fuego.
Es que si bien es uno de los pocos equipos que se mantienen invictos en condición de local (el otro es Belgrano), la realidad es que es en el mismísimo 15 de Abril donde resignó puntos que hoy lamenta y que lo alejan de la ilusión copera.
Es que de local el Tate arrancó con dos victorias previsibles, como ante el Gimnasia de Mariano Soso (1-0) y Olimpo (2-0), que terminó perdiendo la categoría. Ante Godoy Cruz, uno de los animadores del certamen, aprovechó su mal momento ya que venía de una inesperada eliminación de la Copa Argentina ante Central, y lo batió por 2-0, en uno de los últimos cotejos de la era Mauricio Larriera.
Luego de tres victorias en fila jugando en el 15 de Abril resignó dos puntos dolorosísimos ante el Chacarita de Walter Coyette, que luego se quedó sin su DT y fue uno de los equipos que perdió la categoría. Cerró el año con otra igualdad ante Belgrano, a quien derrotaba con un tanto de Franco Fragapane, lo pudo haber liquidado en el primer tiempo y se tuvo que conformar con un punto.
Pero al 2018 lo arrancó a todos luces en su campo, ya que derrotó al Racing de Eduardo Coudet por 2-1, en su mejor puesta en escena desde lo futbolístico. Pero llegó en el partido siguiente la imprevista y dolorosa lesión de Lucas Gamba y el equipo perdió su máximo referente en ofensiva.
Fue entonces que no pudo quebrar a un juvenil y remendado Arsenal, con quien empató sin goles. Se le fueron dos puntos ante un rival muy accesible que fue otro de los que descendió a la Primera «B» Nacional.
Un resultado muy positivo desde lo emocional y actitudinal lo abrochó con Colón, con quien perdía con un tanto de Javier Correa y luego de tanto insistir y buscar llegó a un agónico empate con el tanto en contra de Guillermo Ortiz, tras un envenenado centro de Damián Martínez. A pesar de haber merecido más, el hecho de levantar un resultado y en un clásico el punto se terminó valorando.
A su levantada la pudo confirmar con un categórico 3-0 frente a Temperley, que llegó a la ciudad con la soga al cuello. Sin embargo, pudo ratificar su condición de candidato a los tres puntos con una contundente victoria que encendió la esperanza de llegar a una copa.
Pero luego llegarían dos cotejos donde perdió cuatro puntos. Ante San Martín de San Juan lo buscó por todos los medios, consiguió el gol en el final con el tanto de Matías Gallegos pero en el cierre Claudio Spinelli le dejó el sabor amargo muy parecido a la derrota.
Mientras que en su última presentación en casa Tigre le empató un partido increíble. Lo ganaba con los tantos de Fragapane y Franco Soldano, pero en el final se lo empataron. Lo fue a buscar y un tanto en contra de Ignacio Canuto lo puso otra vez arriba, pero en la última jugada del partido se lo empataron y se volvió a quedar con la sensación de despojo.
En definitiva el Tate jugó 11 encuentros en condición de local, donde abrochó cinco victorias (Gimnasia, Olimpo, Godoy Cruz, Racing y Temperley) y seis empates (Chacarita, Belgrano, Arsenal, Colón, San Martín y Tigre). De los 12 puntos que perdió de sumar, cuatro fueron ante dos equipos que perdieron la categoría (Chaca y el conjunto de Sarandí) y cuatro ante equipos que hoy vienen muy por debajo de su línea (el Santo y el Matador).
Por este motivo, si pretende tener una chance de alcanzar el máximo objetivo, no solamente le alcanzará con defender su invicto en el 15 de Abril, sino que tendrá que quedarse con sendas victorias ante equipos que llegarán con el objetivo de ganar y que de doblegarlos representarán dos de los triunfos más importantes del certamen.