Jugadores, entrenadores y especialistas mostraron su descontento por las reformas que introdujo la UAR, en principio, a modo de prueba.

n profundas son las modificaciones reglamentarias en el scrum que dispuso la Unión Argentina de Rugby (UAR) que Francisco Ferronato, pilar del reciente ganador del Top 14 de la URBA, reconoció que el desenlace de la final del sábado habría sido otra: «Si nos obligaban a hookear y no nos dejaban empujar más de un metro y medio en el scrum, Belgrano no sería el campeón», aseguró.

A partir de la lesión cervical que sufrió el pilar del SIC Jerónimo Bello hace un mes, la tercera en el transcurso de un año, la UAR introdujo una serie de cambios en el scrum que despertaron más rechazos que adhesiones de parte de jugadores y entrenadores directamente relacionados con esta formación.

Las reformas, que se detallan aparte, entrarán en vigencia cuando se ponga en marcha el Campeonato Argentino de Uniones, dentro de dos sábados. Cuentan con el aval de World Rugby y serán a modo de prueba, con la posibilidad de que se extiendan a nivel global. Persiguen los objetivos de agilizar el juego y brindar mayor seguridad a los jugadores, aunque la mayoría de los especialistas coincide en que terminan por desvirtuar una instancia que hace a la esencia del rugby al reducir la posibilidad de disputa de la pelota.

«Estoy preocupado», dijo Ferronato, pilar de un equipo que dominó el rugby de Buenos Aires a partir de la superioridad en el scrum. «No tengo tanta experiencia como la gente que hizo los cambios, pero le erraron en algunas cosas. La obligatoriedad de hookear va en contra de la idiosincrasia del rugby argentino y no hay que avergonzarse, sino hacerse cargo; la posibilidad de que el pilar hookee no es favorable a la estabilidad del scrum; que el medio scrum tire pelota más cerca de su pack va en contra del espíritu de disputa del rugby; la regla de no empujar más de 1,5m no tiene sentido, ya que las lesiones se producen en la entrada y no cuando un scrum lleva a otro, y si es así, habría que prohibirlo también en el scrum-5m. Las reglas estaban bien, había que aplicarlas. No sé si se escuchó a todos.»

Más permisivo aunque no del todo de acuerdo estuvo Gonzalo Pulido, entrenador de scrum del subcampeón Hindú. «Decididamente esta medida va a terminar con las lesiones, ya que hay poco riesgo de colapso. Hay que priorizar la salud de los chicos», destacó. Del otro lado, advirtió que así se pone al scrum en una «situación de no disputa».

Esta es la principal queja. Con estas modificaciones, el scrum se reduce prácticamente a un tira-saca, es decir, que es casi imposible que el equipo que arroja la pelota pierda la posesión. «A uno que le dio toda su vida y tiene incorporado la importancia del scrum, este cambio lo shockea un poco», dijo Santiago González Bonorino, ex pilar de los Pumas y entrenador de Bello en el SIC, quien participó del Workshop de la UAR de donde salió esta reglamentación. «Uno no quiere que pase eso. Se tiene que seguir disputando. Pero estoy abierto a la prueba, y si esto hace que no se pierda tanto tiempo y se mejore el juego, bienvenido sea. Pero este deporte no se concibe sin scrum. La seguridad es lo primero. Antes de hablar de cambios de reglas, tenemos que hacer una autocrítica jugadores y entrenadores sobre la lealtad en el scrum. Sabemos que se ha perdido un poco y tenemos que recuperarlas.»

Se agiliza el juego, es cierto. ¿Pero se reducen los derrumbes y el scrum se vuelve más seguro? «Me cuesta ver este cambio de reglas unido a la seguridad», responde González Bonorino. Alejandro Conti, quien lo entrenó en el SIC y hoy está al frente del seleccionado de Buenos Aires, coincide: «Son cambios decorativos. La intención es buena, pero juzgo la rapidez en que se tomaron las decisiones. La alternativa de que el pilar hokee, por ejemplo, expone al scrum a una mayor inestabilidad y más colapsos a máxima presión.»

En 2012, uno de los entrenadores de los seleccionados juveniles se quejaba porque en los certámenes locales de menores de 19 no se permitía empujar el scrum más de un metro y medio, dejando a los Pumitas en una situación desventajosa en los Mundiales Juveniles, donde no existe esta restricción. Desde el 29 del corriente, esta regla abarcará también a los mayores, poniendo de manifiesto todavía más la brecha entre el rugby amateur del ámbito local y el profesional.

«Con todos estos cambios no podés desarrollar ningún talento. En el exterior es normal que los chicos empujen desde los 15 años», dijo Alejandro Moreno, ex pilar de los Pumas y el seleccionado de Italia, de larga trayectoria en el exterior. «Lo que hay que hacer es enseñarles desde chiquitos cómo se empuja y cómo hay que preparar el cuerpo. Un primera línea no se hace de hoy para mañana. Cambiando dos o tres reglas no se va a mejorar. Es una incoherencia total.»

Apresurados para algunos, necesarios para otros, los cambios están en marcha. «Que hayamos tomado consciencia y hayamos reaccionado es bueno», dijo Marcelo Brandi, hooker de Newman. «Pero el scrum es una eminencia y el emblema del deporte que practicamos: la unión y el trabajo en equipo. Estaría bueno que se siga disputando».

Línea de tiempo

17/9/16: Bello, la víctima del sistema . Jerónimo Bello, pilar de la primera del SIC, se convierte en el tercer jugador en la Argentina en sufrir una lesión cervical grave en el lapso de un año.

20/09/16: la primera serie de cambios. La UAR introduce la primera serie de modificaciones al scrum: permite a los jueces de touch ingresar al campo de juego para sancionar la formación y dispone mayor severidad en las infracciones.

28/9/16: las medidas a tomar. La UAR realiza un workshop compuesto de médicos, jugadores, entrenadores, ex jugadores, dirigentes y representantes de la FUAR para evaluar medidas a tomar. El 17 de octubre, la UAR lo pone en vigencia, a modo de prueba.

Las principales modificaciones

Leyes más estrictas

No se puede empujar más de 1,5m. El que lo haga será castigado con free-kick en contra. Esta regla no está en vigencia en el scrum-5. El medio scrum arrojará la pelota con su hombro izquierdo alineado con la línea media del scrum. Es obligatorio que al menos un jugador del equipo que gane el scrum hookee la pelota. Cualquier jugador de la primera línea están habilitados a hookear.

El juez, fundamental

El árbitro cantará «cuclillas» y «tomarse». En la posición de «cuclillas», las primeras filas estarán hombro con hombro con sus rivales, estables y apoyando su propio peso sin empujar. En el «tomarse» los pilares posicionarán sus brazos en la posición correcta. Se suprime el «ya» para promover la estabilidad y la velocidad de disponibilidad de la pelota. No habrá orden para que el medio scrum arroje la pelota. Debe hacerlo sin demora una vez que el scrum esté estable. En un scrum-5, el Nº 8 podrá levantar la pelota de los pies del segunda línea.