En Rusia, su nombre está en boca de todos desde su puesta de largo en el partido inaugural del Mundial-2018. Afuera, forma ya parte de los deseados del mercado de transferencias: Alexander Golovin encarna la esperanza del renacer del fútbol ruso, finalmente capaz de producir un futbolista aspirante a unirse a un gran club europeo.
Sus méritos en Rusia-2018: dos asistencias -registro inédito para un jugador ruso en Mundiales desde 1986- y un majestuoso tiro libre justo antes del pitazo final contra Arabia Saudita (5-0) frente a 80.000 extasiados espectadores.
Fue suficiente para que los medios de comunicación del país se ilusionaran con el talentoso mediocampista de 22 años, en la víspera de un partido crucial para una clasificación en la segunda ronda contra Egipto, el martes a las 15H00 GMT en San Petersburgo.
Un episodio de lo más curioso revela la magnitud de la “Golovin manía”. Requerido en vivo por el canal de televisión Pervy Kanal tras el triunfo contra Arabia Saudita, el futbolista ve como el presentador se deshace en elogios en un discurso grandilocuente sobre su figura… ¡en lugar de hacerle una pregunta! De naturaleza reservada, Golovin puso fin a la entrevista simulada un minuto después, obviamente incomodado.
Para la prensa extranjera la efervescencia es la misma. Bastó ver a los reporteros italianos, privados de su selección nacional en Rusia-2018 pero presentes en número, arrojarse sobre Golovin en la zona mixta para bombardearle con preguntas sobre su posible fichaje por la Juventus de Turín, uno de sus prestigiosos contendientes.
De Siberia a.. ¿Turín?
“Da gusto ser objetivo de un equipo tan fuerte”, respondió en ruso el actual jugador del CSKA Moscú. “Pero no pienso en ello. Ahora estoy con la selección en la Copa del Mundo. Eso se decidirá después.”
Golovin también esquivó preguntas sobre el interés del Barcelona, según medios de comunicación españoles. “No me afectan esos rumores”, intentó zanjar, aunque por entonces la máquina ya estaba en marcha.
Descubierto por un ojeador mientras jugaba en su región natal de Siberia con el Metallourg Kouzbass (hoy FK Novokuznetsk), Golovin llegó al CSKA en 2012, antes de destaparse ante los ojos del mundo esta gracias a la buena temporada de su club en la Liga Europa.
“Alexander tenía todos los requisitos para jugar al más alto nivel. Era muy serio, tenía una gran personalidad y capacidad para trabajar. A menudo se quedaba después del entrenamiento para seguir trabajando”, recuerda el exentrenador ruso Sub-19, Dmitry Khomukha, con quien Golovin llegó a la final de la Eurocopa 2015.
Entre Dzagoev y Arshavin
“El nivel real de Golovin, ¿tan bueno es?”, preguntó el periódico Sport Express en un largo artículo sobre su figura. Porque “la última vez que hubo tanto bombo alrededor de un jugador ruso, fue tal vez (Alan) Dzagoev en la Euro-2012. Quizás mejor evitar el paralelismo”.
Entendido: al igual que Denis Cheryshev en el Real Madrid, Dzagoev nunca confirmó sus cualidades, mientras que la gran mayoría de los jugadores de la “Sbornaïa” aspiran a ser exportados fuera del campeonato local.
El ex prodigio del fútbol ruso Andrei Arshavin, quien consideró que ningún jugador del plantel actual tenía las cualidades para ser su sucesor, admitió, sin embargo, que Golovin era quien más podía acercarse.
“Todo el mundo lo dice, especialmente en Europa, donde empieza a llamar la atención. Creo que se lo merece, puede jugar a un nivel muy alto, tiene una buena técnica”, dijo a la AFP el exatacante del Arsenal, previo al Mundial.
En el periódico sensacionalista Komsomolskaya Pravda, Sergei Golovin, el padre del jugador, alentó en cualquier caso a su hijo a que emigrara a Italia si se confirmaran contactos con la Juventus. “La única dificultad que podría tener es la barrera del lenguaje, pero entiende el idioma del fútbol y pronto podrá hablar libremente en inglés”.
¿La clave que falta para la gran partida?