Solo los dirigentes que intentaban desde anoche de convercerlo de dar marcha atrás, no se dieron cuenta, que el máximo ídolo del club, el símbolo del ascenso del 89 y un líder indiscutido ya tenía tomada la decisión.
Serpa por eso que puso la vara tan alta en un cuarto de final de una copa ignota. Será por eso que produjo los cambios que eran evidentes para que el equipo se repusiera con una victoria, dejando atrás a los históricos que le habían pedido jugar con River Plate.
Donde se rompió esa relación fluida entre el DT y los dirigentes, al menos lo más encumbrados, quizás en la necesidad económica del club de vender sin posibilidad de un recambio serio.
Mientras los dirigentes se manifestaban a quienes quisieran escucharlos en el sentido de que nadie pensaba en la NO continuidad de Madelón, ninguno se acercó para respaldarlo, para preguntarle que le pasaba, para ver que era lo que no estaba funcionando en el equipo.
Son esos dirigentes, incluido el presidente que pensaron que Madelón no se iría por que tenía un suculento contrato económico.
No midieron que a veces la plata no lo es todo. Dicen los cercanos a Leo que quedó frustrado después que Cristian Bragarnik le confirmó que no existía posibilidad de seguir su cerrera en el fútbol mexicano, posibilidad que lo entusiasmaba particularmente.
Medelón se va con una victoria, siendo el técnico de mayor permanencia en un equipo, casi tres años. Se va después de haber ascendido y consolidado a Unión en primera, habiendo ganado dos Clásicos al cabo de unas pocas semanas, dejando un legado de juveniles y con tremendo problema en manos de los dirigentes: la sucesión.
Solo los dirigentes, habitualmente ensimismados en mirarse el ombligo, no se dieron cuenta que la ovación de la gente marcaba el final. Se le veía en la cara a Madelón.
Como en todo, a veces las relaciones se deterioran con el tiempo, el amor incondicional, se va trastocando en el fastidio de esos matrimonios que tienen que verse todos los días durmiendo en una misma cama.
Renunció Madelón, era un secreto a voces, solo los dirigentes no pretaron atención.