Ante la firme chance de que Leonardo Burián no viaje a Venezuela para afrontar la ida de los cuartos de final de la Copa Sudamericana, el golero debutaría en el Sabalero.
Colón se prepara para afrontar el duelo de ida de los cuartos de final de la Copa Sudamericana en Venezuela ante Zulia en medio de una crisis deportiva en la Superliga que se acrecentó con la derrota ante Huracán. Por si fuera poco, de no ser por las derrotas de Patronato y Gimnasia (LP), no quedó en zona de descenso por lo que el plantel precisa imperiosamente un triunfo para ganar en confianza y así empezar la levantada.
En consecuencia, esta serie podría marcar un punto de quiebre que se espera sea positivo. Este fin de semana fue de mucha charla y trabajo a conciencia en pos de encontrar respuestas. Justamente el entrenador Pablo Lavallén, que tuvo una reunión con los dirigentes el sábado, está en esa carrera y sabe que tampoco tiene tanto margen de error.
Sin embargo, la sorpresa que sacudió al mundo rojinegro en las últimas horas fue el viaje del arquero Leonardo Burián a Uruguay por motivos personales. Obviamente que esto sembró un nuevo interrogante en torno a su presencia en el estadio Pachencho Romero de Maracaibo. Por lo que se pudo averiguar, su hermano tendría comprometida su salud y, con el más sentido común, Cachorro prácticamente se perdería este cotejo.
Por tal motivo, se suma a la lista de viajeros Joaquín Haas –foto–, golero de la reserva, dejando en claro que el titular sería otro pibe de la casa, Ignacio Chicco. Durante todo el mercado de pases el conductor rojinegro insistió con traer otro guardametas y el deseo máximo era Lucas Acosta. En principio estaba todo acordado con Belgrano para sumarlo a préstamo, pero para que esto sea posible debía firmar su renovación, algo que no quería hacer porque en diciembre queda libre.
A partir de allí comenzó un interminable ida y vuelta que nuevamente daba la sensación que se encauzaba a horas del cierre de libro de pases, pero cansado por tantas especulaciones, la dirigencia le terminó bajando el pulgar apostando todo a los chicos de la institución.
De esta manera, surge la chance que tanto estaba esperando Chicco, de 23 años (30 junio 1996), que se formó en el club y, tras un paso por la reserva de Talleres con buen suceso, volvió al Sabalero, aunque no debutó todavía en Primera División. Tiene algunos cotejos por Copa Santa Fe, pero no oficiales de AFA. Ante este panorama, estaría ante una verdadera prueba de fuego para mostrar sus condiciones, más que nada por el momento caliente por el que a traviesa el equipo.
Tuvo la chance de cambiar de aire, pero optó por quedarse a pelearla y el destino le puede hacerle un guiño, más allá de que se daría en un contexto en el que el arquero titular no puede estar por causas de fuerza mayor. Será cuestión de plasmar en el campo que está a la altura y que no los chicos de las inferiores están capacitados para ser confiables.