El futuro de Pablo Lavallén es un interrogante, tiene contrato con Colón hasta junio del 2020 pero depende de la decisión de los dirigentes. Más allá de esta circunstancia, nadie le podrá sacar la satisfacción de ser el primer entrenador en llevar al Sabalero a jugar una final. Y ese es su mayor capital, a la hora de analizar su ciclo en el club.
En una extensa nota que le brindó a Radio Sol 91.5, el DT rojinegro habló de todos los temas y uno de los principales claro está fue la final perdida ante Independiente del Valle que dejó una sensación de frustración muy grande, pero a la vez el orgullo de haber llegado a las últimas instancias de una competencia internacional.
«Aprendí un montón de cosas en Colón, me enfrenté a situaciones que antes no había pasado y eso me hizo crecer como persona, en mi carácter, en mi resiliencia, una palabra que ahora esta de moda. Cuando me vaya de Colón me voy a llevar algo que nadie me podrá quitar y es el hecho de haber estado en una final compitiendo por un título por primera vez en 114 años», aseguró el entrenador.
«Esa frustración que hoy se siente, quizás en seis meses, un año o dos años sea un orgullo haber estado en ese estadio. Poder haber ido con tu hijo, hubo generaciones de hinchas que no pudieron hacerlo. Hoy es frustrante, pero son experiencias que no se olvidarán. Y Colón siempre será un lugar especial para mí, porque fue el club con el que jugué la primera final. En realidad los jugadores nos depositaron en la final. Fue una fiesta que no terminó como queríamos, que nos duele, pero que con el tiempo le daremos valor», sentenció.
Respecto al partido con Independiente del Valle expresó: «Yo creo que fue un partido muy atípico, cuando perdemos un partido importante no queremos verlo por un tiempo, pero yo al otro día lo vi. Pasaron muchas cosas raras como el factor climático. Quería ver cuantas veces Burián había atajado antes del primer gol. En el imaginario de la gente se reproducen cosas que no pasaron hasta el minuto 28 que es cuando nos hacen el gol con una cortina de agua increíble. Inmediatamente se paró el partido, estuvimos sin saber si se iba a jugar, sin poder armar una estrategia, fue media hora complicada».
Y siguió: «Encima cuando reanudamos nos terminamos haciendo un gol en contra cuando vi el video veo que la pelota la toca Emanuel (Olivera) yo primero pensé que fue un puntazo de Sánchez y en realidad tiró un centro y le pegó a Emanuel. En el segundo tiempo tuvimos la chance de descontar con el penal y no se dio. Nos golpearon en momentos justos y después del 2-0 Independiente del Valle justificó la victoria, ya que comenzó a circular la pelota, la tenia en una zona en donde si salíamos generaban espacios».
Mucho se habló de la libertad con la que jugó Cristian Pellarano y muchos le adjudicaron parte de la derrota a esa decisión de no presionar al volante para que no haga jugar a su equipo.
Sobre ese punto, Lavallén no coincidió con esas críticas «Para mí la figura fue Pinos, es raro que todos hablen de Pellerano, cuando la Conmebol lo dio como figura al arquero. Atajó un penal y tuvo dos o tres atajadas determinantes. Pellerano manejó bien la pelota, es lógico, con espacios debe haber tocado 100 veces el balón, pero la mayoría de los pases fueron laterales, de dos metros y cuando ya perdíamos 2-0», tiró.
Para luego agregar «Es irrisorio que perdiendo ponga a marcar a marcar al 5 rival, en el imaginario de la gente quedó que lo perdimos por no marcar a Pellerano, respeto ese pensamiento pero no coincido. Me parece que Pellerano no fue para nada determinante hasta antes del primer gol».
«Independiente del Valle tiene laterales y extremos bien abiertos, los defensores salen con pelota dominada, por lo cual no puedo darle la misión a uno de mis volantes de marcar a Pellerano, si saco uno del medio me quedaban tres volantes y me hacían superioridad numérica. Si debíamos tomarlo era con los delanteros, pero en el análisis de esos primeros 30 ‘ no tuvo trascendencia. Después con el 2-0 sí tuvo trascendencia para manejar la pelota. De hecho, sin marcar a Pellerano tuvimos un penal a los 4’ para descontar».
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En cuanto a las contingencias que debió atravesar antes de la final detalló: «Fue clave la ausencia de Rodrigo (Aliendro) porque es el jugador más apto para salir a apretar en el medio, es el más intenso y lo hace muy bien. En cambio Christian (Bernardi) es mas rápido para salir de contra pero no es tan útil tácticamente para salir a presionar y eso nos modificó el plan de juego. Encima el Pulga se dobló el tobillo, se infiltró y tuvo que jugar con un estribo, estaba al 70% pero yo lo quería dentro de la cancha y Escobar también se infiltró. La realidad marca que no estábamos al 100% para hacer un esfuerzo mayor. Así y todo el partido se abrió con dos jugadas aisladas».
A la hora de evaluar su trabajo el técnico manifestó: «Después de analizar los nueve meses de trabajo, me remonté a ese día de la derrota con Aldosivi. Cuando volvimos al hotel había una mujer enfurecida gritándole a los jugadores y a mi. Y pensaba porque tanto ensañamiento y la conclusión era que la gente no estaba identificada con el equipo, y no era por lo futbolístico, sino por la entrega. Y después de nueve meses la gente se terminó identificando con el equipo».
«No estoy contento con el nivel del equipo ya que puede jugar mejor, por momentos lo hizo como los segundos tiempos con Mineiro, ante Argentinos, con San Lorenzo y Central y con el mismo Estudiantes de Buenos Aires pese a la eliminación. Por momentos Colón mostró buen funcionamiento. Quizás no es el equipo que mas me identifica de los equipos que dirigí, pero la gente se identificó por la entrega y por el corazón. Empezamos a dar vuelta resultados, algo que no pasaba y el ejemplo son las 40.000 personas que llevo a Paraguay, algo le ofreció el equipo para que tengan esa ilusión de pensar en un título».