El tucumano volvió a referirse a la firme posibilidad de romper su contrato para volver a su provincia en 2020.
A una semana de Navidad y dos del cierre de 2019, el mundo Colón no conoce el capitán del barco en un año duro a la vista, donde engrosar el promedio y evitar el descenso es lo prioritario.
Con el plantel licenciado, sin pretemporada (lugar y duración) confirmada, se sabe que en un principio los jugadores volverán a trabajar el 3 de enero de 2020.
Lo que no quedan claros, son situaciones en particular de futbolistas que podrían se negociados o no continuarían en este proceso que arrancó a mitad de año.
Tal vez la situación más preocupante para muchos hinchas sea la continuidad de Luis Miguel Rodríguez, quien demostró ser el futbolista más importante que tuvo el equipo en un proceso que lo llevó a jugar la final de la Copa Sudamericana.
Las últimas imágenes de La Pulga no fueron las mejores: lesiones constantes, fastidio, y declaraciones donde dejó abierta su salida anticipada.
En las últimas horas el tucumano brindó una entrevista extensa al diario La Nación donde repaso su infancia, la incursión en la política y su apego familiar a Simoca.
Cuando le preguntaron si podía seguir en Colón, pero con su familia regresando al Jardín de la República, Rodríguez apuntó: «Por ahí pasa eso, muchas veces el dirigente piensa distinto que el jugador. Tal vez les tenga que decir ‘mirá, me tengo que ir, o siento que me tengo que ir porque todo lo que te puedo dar ya lo di’, o capaz les digo ‘me voy a quedar porque me siento realmente con fuerzas para poder lograr otras cosas’.
Y más adelante, apuntó: «No sé qué va a pasar. Tengo que sentarme a hablar con mi familia para saber realmente cómo están. Si bien había estado dos o tres días en Tucumán desde que murió mi viejo, todavía no pude escucharlos, saber cómo se sienten. Cómo está mi vieja, cómo se siente en las noches. A ella no hay forma de sacarla de Simoca».
El goleador sabalero ratificó que la palabra de su familia será determinante en el futuro que le espera, independientemente de su vínculo vigente con Colón. Por eso no dudó en enfatizar que «a mi edad no puedo estar en contra de los sentimientos familiares. Pero tampoco puedo estar lejos de mis hijos. Soñé toda mi vida con tener los hijos que tengo, no los puedo desaprovechar estando seis meses o un año lejos. Y digo desaprovechar porque en un año es notorio el cambio que tienen. Eso no puedo permitir perdérmelo, no, no a mí edad. Sin importarme lo que puedan decir».