El Pipa Diego Villar dejó la actividad profesional y mientras espera una chance para dirigir, trabaja en un mayorista de golosinas en Mar del Plata.
Diego Villar dejó el fútbol profesional hace un año y medio, luego de conseguir el ascenso a la Superliga con la camiseta de Aldosivi, para ponerle punto final a una carrera que tuvo como puntos altos su paso por el Arsenal de Alfaro que consiguió la Sudamericana 2007 y sus tres años en Racing, donde se consagró en el Transición 2014 de la mano de Cocca.
Su presente hoy es completamente distinto al de aquellos años donde lució la 8 en la espalda: atiende su negocio de golosinas en Mar del Plata. «A la semana de haberme retirado ya estaba funcionando y esa fue una de las cosas importantes para seguir viviendo. Encontré un sustento y me ayudó a calmarme luego de todo lo que implica el retiro», contó en diálogo con Diario Olé.
Sobre la transición de jugador a ex jugador, expresó: «No es fácil. No hay que quejarse, hay que salir y laburar de lo que sea. No es todo fútbol y yo voy a hacer lo que haga falta para alimentar a mi familia. Acá todos los días es aprender algo nuevo: imaginate que no sabía ni cómo ponerle el precio a una gaseosa. Así como antes me peleaba con los árbitros, ahora me peleo con los proveedores».
Villar contó que cuando la gente lo reconoce en el local se sorprende bastante, pero remarcó: «Hay que entender que después del fútbol hay otra vida. Soy un laburante más, como me enseñaron de pibe».
Igual, más allá de su actualidad en el rubro comercial, aspira a volver a las canchas pronto, ahora del otro lado de la línea de cal: «Hace un año estoy trabajando con el Tano Ortiz para tratar de dirigir algo. Somos una dupla donde él es el DT y yo su ayudante. Tuvimos ofrecimientos, pero por una cosa o por otra no se dieron, así que estamos a la espera», cerró.