Argentina logró su primera medalla de oro a través del polo, deporte que dejó de ser olímpico, en los Juegos celebrados en París en 1924, con un equipo formado por Juan Nelson, Juan Miles, Enrique Padilla y Arturo Kenny.
Por raro designio de los caminos del olimpismo, en 1924 la primera medalla dorada ganada por un equipo argentino correspondió a un deporte que hace rato fue eliminado de la grilla: el polo.
Fue en París en 1924, que Argentina relegó al gran candidato, Estados Unidos, y a otra potencia como Reino Unido.
En los Juegos que datan ya de 97 años el abanderado de la delegación albiceleste fue Enrique Thompson, un atleta de 26 años que al cabo alcanzaría el puesto 13 en la prueba de decatlón.
La participación en los Juegos de París fue la primera cuya organización estuvo plenamente a cargo del Comité Olímpico Argentino (COI).
Una delegación de 93 deportistas consumó la venturosa cosecha de seis medallas (una de oro, tres de plata y dos de bronce), otros ocho puestos resultaron premiados y en el escalafón de cierre ocupó el puesto 15 entre 44 países: esto es, la sexta presentación más favorable de la Argentina en las justas olímpicas.
Fueron los juegos de un espléndido rosarino Luis Antonio Brunetto y su sorprendente plata en triple salto.
Lo de Brunetto, consignado sea de paso, tuvo el sello excepcional de una marca de 15,425m que permaneció como récord sudamericano hasta 1951 y como récord argentino hasta 1975.
En aquellos días el polo estadounidense marcaba el camino y se perfilaba como el candidato cantado para ocupar el lugar más alto del podio y de hecho estableció holgadas victorias contra Francia por 13-1 y España por 15-2.
Sin embargo, los momentos de mayor esplendor fueron cosa de los argentinos Juan Nelson (33 años y 7 de hándicap), Juan Miles (29 años y 7 de hándicap), Enrique Padilla (33 años y 6 de hándicap) y Arturo Kenny (34 años y 5 hándicap).
También formaron parte del equipo Guillermo Brooke Naylor y Alfredo Peña.
Argentina venció sucesivamente a España por 16-2, Estados Unidos por 6-5 y a Reino Unido por 9-5.
Desde luego, el juego decisivo –mas no el que rubricó el oro olímpico, asegurado recién el 16 de julio frente a los galos- fue el sostenido con Estados Unidos, al punto que se llegó al último chukker empatados 5-5 y cuando la igualdad parecía sellada una inspirada acción de Juan Nelson estableció el triunfo argentino.
«Los cuatro grandes del sur», bautizó la prensa parisina al equipo argentino de polo que se acreditó aquel oro fundacional.
El Polo integró el organigrama olímpico apenas en cinco oportunidades: París 1900, Londres 1908, Amberes 1920, París 1924 y Berlín 1936.
Argentina se acreditó el oro en los ya referidos Juegos de París 1924 y también en Berlín 1936 con un contundente 11-0 versus Reino Unido.